El Obispado de Mallorca ha emitido hoy un comunicado en el que afirma que "cualquier abuso (sexual contra menores) es una ofensa a las víctimas y a Dios", y "produce un profundo sufrimiento" en la iglesia mallorquina.

El comunicado tiene lugar después de que el obispo de Mallorca, Javier Salinas, haya apartado de sus funciones al prior del santuario de Lluc, Antoni Vallespir, por la denuncia de abusos sexuales presentada contra él ante el tribunal de la diócesis por un antiguo "blauet".

El Obispado señala que el tribunal eclesiástico ha recibido la denuncia de "presuntos" abusos, desvelada hoy por DIARIO de MALLORCA, y ha abierto una investigación.

Ante la "presunta gravedad" de los mismos, el prior ha presentado la renuncia a sus cargos, y ha sido apartado de forma cautelar de sus cargos diocesanos como prior del Santuario y rector de Escorca y del ejercicio público de su ministerio en la diócesis.

"Deseamos mostrar nuestro dolor y repulsa por los presuntos delitos denunciados y manifestar nuestra cercanía con la víctima que pudiera estar afectada por este pecado y delito, si así se confirma, y compartimos el más absoluto respeto por la actuación de la Justicia, deseando el esclarecimiento de los hechos y salvaguardando el derecho de todas las partes", afirma el obispado en el comunicado.

La congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones a la que pertenece el prior está colaborando con la diócesis en este proceso para comprobar la veracidad de los hechos.