El debate celebrado ayer noche en la Reial Acadèmia de Medicina sobre la conveniencia de implantar estos estudios de grado en las islas demostró la convergencia, inédita hasta ahora, de todos los sectores implicados en que ha llegado la hora de poner en marcha este proyecto y que solo resta la implicación de los partidos políticos que son los que deben dar el sus definitivo a esta iniciativa.

Así, en representación de la UIB, el doctor Fèlix Grases advirtió de que la autorización dada por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) al plan de estudios presentado por la UIB en el año 2012 caduca a los 5 años, por lo que el último curso en el que se podrían implantar sería el 2016-2017.

También abogó Grases por comenzar con los cursos clínicos -3º y 4º- que ya disponen de una infraestructura para impartirlos en el hospital de Son Espases y no implicarán la licenciatura de más médicos en un país que ya padece un exceso de oferta de estos especialistas, por no hablar del efecto llamada que provocaría en los estudiantes baleares y españoles que estudian Medicina en otras comunidades e incluso en el extranjero. Y, como último argumento, apeló al escaso coste, de un millón de euros, que aseguró que tendría la implantación de cada uno de estos dos primeros cursos.

En nombre del Colegio de Médicos, su presidente Antoni Bennàssar también apeló al efecto llamada que provocaría ofrecer tercero y cuarto de Medicina en las islas. "Lo tenemos todo, consenso, ubicación, personal muy cualificado para dar clases y una universidad puntera", proclamó.

Miquel Fiol, del Institut d´Investigació Sanitària de Palma ((IdISPa), recordó que, sin facultad de Medicina, el instituto que dirige, en la que 550 profesionales trabajan en 7 líneas de investigación repartidos en 47 grupos, no podrá acreditar sus investigaciones.

En representación de la Acadèmia de Ciències Mèdiques, el doctor Joan Bargay, coincidió con los argumentos de sus colegas y lamentó que, junto a La Rioja, Balears sea la única comunidad autónoma del país que carece de estos estudios.

Los 400 profesionales médicos de Son Espases que han firmado un documento a favor de la implantación de estos estudios hablaron por boca de Javier Ibáñez, jefe del servicio de neurocirugía, que recalcó que esta iniciativa es un proyecto no solo de la UIB sino de toda la red sanitaria de la comunidad autónoma.

Facultad y carrera profesional

El especialista esgrimió cinco razones para hacerlo. La primera, que los clínicos disfrutan enseñando a los estudiantes y que esta docencia les estimula en su trabajo. La segunda, que los profesionales de las islas quieren trabajar en "una red sanitaria de primera división donde podamos investigar, enseñar y aprender". En tercer lugar recalcó la mejora de la calidad asistencial que supondrá la implantación de los estudios y en cuarto que permitirá fidelizar al personal que, hasta ahora, "se ha marchado por la imposibilidad de desarrollar una carrera académica". Y por último, recordó que en la carrera profesional de los facultativos, que previsiblemente se aprobará hoy en mesa sectorial de Sanidad, la docencia y la investigación tienen un gran peso.

El doctor Ibáñez concluyó recordando que en las unidades docentes de Son Dureta y Son Espases se han formado 1.200 especialistas vía MIR tras lo que se preguntó: "¿Por qué no podemos formar también a médicos de grado? Tenemos derecho a tener hijos, descendencia intelectual".

Tras la exposición de los argumentos a favor de la facultad de Medicina se abrió un debate con el público en el que una jefa de servicio mostró su extrañeza por el escaso coste -1 millón de euros por curso- que tendría esta implantación inicial de 3º y 4º, a lo que Grases respondió que la infraestructura para impartirlos ya está habilitada en Son Espases y que, por tanto, esta cantidad solo iría destinada a pagar los salarios del personal administrativo y docente.

Sobre este último se interesó la profesora de la UIB Margalida Capellà, que dejó claro que acudió al coloquio en representación de Més. Y el vicerrector de Campus, Cooperación y Universidad Saludable, Antoni Aguiló, presente en el debate, le aclaró que el profesorado ha de estar vinculado a la UIB y reveló que ya existen muchos profesionales médicos acreditados para poder impartir clases en la futura facultad.

Uno de los últimos en intervenir fue el rector Llorenç Huguet, que emplazó a contagiar este consenso unánime a los políticos lo que, a su juicio, reforzaría el sistema universitario público. Y recordó que Balears, pese a contar con una población de 1,2 millones de personas, carece de facultad de Medicina cuando en Cataluña coexisten 11, lo que arroja una proporción de un centro de estos estudios por cada seiscientos mil habitantes. Por todo ello, el rector emplazó a recuperar la voluntad política que, recordó, se dio en el año 2008, cuando el Parlament emplazó a la UIB y a las conselleries de Salud y Educación a trabajar para poder implantar estos estudios de grado en Mallorca.