Opinión

¿De qué regeneración hablamos?

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez. / David Castro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto la palabra regeneración encima de la mesa. Necesaria. No ha concretado más que los asuntos que debería incluir: justicia y medios de comunicación. Acertado. Mientras la proponía, el CIS fabricaba una encuesta de acuerdo con sus intereses como dirigente del PSOE y no como presidente del Gobierno. Y horas después se hizo entrevistar en TVE, donde su presidente elegido por el Parlamento tuvo que dimitir y lleva dos presidencias interinas. Reformar el CIS es regeneración. Renovar la presidencia de RTVE es regeneración. Y cambiar el caducado Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es regeneración. Pero no hagan como hicieron sus homólogos catalanes que hace años copiaron la ley de regulación de los medios públicos de la BBC. Pero ellos no eran británicos. La regeneración política pasa por mejorar la cultura democrática, es decir, los usos y costumbres de todos los grupos parlamentarios. Recuerdo una ocasión, pasando un verano de estudiante en el sur de Inglaterra, que mi casera me amenazó si utilizaba la ducha más de lo permitido. «Voté en contra de las restricciones, pero no podría soportar que mis vecinos pensaran que no cumplo lo acordado». Eso es la cultura democrática. Algo que va antes y después que las leyes, algo que no necesita recurrir a los jueces para ser cumplido. Sánchez pretende encabezar la regeneración tras cinco días en los que ha usado las instituciones para su provecho personal, por muy afectado que estuviera por las injusticias para con su familia. La regeneración empieza mal pero es tan necesaria que todos debemos arrimar el hombro y empujar para que tome la dirección adecuada: renovación del CGPJ y del Consejo de RTVE; transparencia en la inversión publicitaria de las administraciones y equidad para los que asumen la responsabilidad editorial frente a quienes no lo hacen; nuevo estatuto de la Fiscalía y reforma de la ley de procesamiento; equiparación con Europa en la protección judicial de los electos, … Y pocas cosas más mientras no mejoremos en cultura democrática.

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