Hecha la ley hecha la trampa. El dueño del bar ´De tot´ de Manacor, Augusto Bosch, no sabía qué hacer con su hasta hace pocos días zona oficial de fumadores; un pequeño habitáculo de cuarenta metros cuadrados conectado por una puerta al establecimiento y por otra a la calle. No lo sabía hasta hace una semana, cuando en una conversación entre amigos surgió la posibilidad: "¿No sabes que la ley permite abrir asociaciones de fumadores?". Dicho y hecho. La primera asociación de fumadores de las Balears abrió ayer con 94 socios inscritos.

"Yo no he tocado un cigarrillo en mi vida, no es una cuestión de fanatismos ni nada de eso, simplemente pido respeto para los fumadores y considero que deben tener un espacio adecuado", comenta el presidente Bosch mientras prepara los carnés de varios abonados a la ya denominada ´Associació manacorina de fumadors´, y justo en el momento en que unos operarios entran en el local para atornillar la puerta interior del bar: "Hasta que los inspectores de Sanidad no nos den permiso para instalar una puerta giratoria especial, los socios deberán salir y entrar a la cafetería a través de la calle y volver hasta aquí, si quieren consumir algo. También pueden traerlo de sus casas, no hay problema". Requisitos básicos: eer mayor de 18 años y pagar una cuota anual de dos euros.

El local, para entre 25 y 30 personas, abrirá cada día desde las 6,30 hasta las 22,30 horas, está equipado con televisión, espacio wi-fi y un sistema especial para la extracción de los humos: "No quiero que se convierta de nuevo en una habitación cubierta de humo ni que la gente huela a tabaco al salir, por eso ya están instalados unos detectores que activan un pequeño sistema de aspiración".

Pero la asociación quiere ir más allá y se prepara para tener también un carácter cultural. Sus primeros actos y reivindicaciones: comprar un proyector para montar una sesión cinematográfica una vez por semana, "además de pedir oficialmente la restauración de la ermita abandonada de Santa Llúcia".