Los pescadores de Alcúdia se han rebelado y han anunciado que no participarán de la organización ni asistirán a la Fira de la Sípia de este año. La cofradía de Sant Pere, del Port d´Alcúdia, está muy molesta con el sector de la restauración local porque no compra sus capturas. Por este motivo se niega a hacer promoción de la sepia y su consumo en el municipio.

Gabriel Payeras, patrón mayor de la cofradía, explica que "lo que no es aceptable es que los pescadores hagamos un esfuerzo promocional, regalemos la materia prima para la feria, invitemos a comer a todo el pueblo, prestemos el muelle y las instalaciones de los pescadores para la muestra de cocina, y luego nos encontremos con que los restaurantes adquieren el producto importando en lugar de comprar nuestra sepia".

Payeras insiste en que "la feria del Port d´Alcúdia nació hace unos años con la idea de promocionar nuestro producto. En Alcúdia pescamos sepia durante todo el invierno y tenemos un molusco fresco de alta calidad. No tiene sentido que montemos una feria promocional si los restaurantes de nuestra propia ciudad no quieren usar nuestra sepia, resulta hasta irrisorio".

Negativa tajante

Otros miembros del colectivo sentencian que no quieren "hacer publicidad para que ellos (los restauradores) hagan el negocio con sepia importada". Payeras es taxativo: "No nos compran, no les ayudamos".

La Asociación de Restauración de Alcúdia declinó ayer hacer manifestaciones puntualizando que "la feria es un tema de los pescadores y del Ayuntamiento, no participamos en ello como entidad. Nosotros desconocemos un poco el tema". Sin embargo, otros propietarios de restaurantes alcudienses han explicado a título particular que no compran a los pescadores locales porque tienen mejores ofertas por parte de los mayoristas.

El alcalde, Miquel Llompart, ha intentado mediar entre los dos colectivos. Hace una semana convocó a los pescadores y al grupo de restaurantes que cada año colaboran con la feria. "Les he pedido que se sienten a negociar, con el Ayuntamiento como árbitro. He intentado que las posturas se acerquen puesto que evidentemente no vamos a tomar partido ni por unos ni por otros. Nosotros respetamos a todos y entendemos las razones de cada uno", informa el munícipe.

Sin embargo, la respuesta ha sido negativa por parte de los pescadores. Se negaron a asistir a la reunión y se celebró sólo entre el Ayuntamiento y los propietarios de restaurantes.

Llompart pormenoriza que ha pedido a los restauradores que hagan un esfuerzo "en favor de la calidad del producto fresco local, pero a la vez he hablado con algunos pescadores sobre la posibilidad de que rebajasen el precio un poco. La respuesta ha sido negativa. La cofradía quiere cobrar el precio que marca la lonja y los hosteleros dicen que les resulta muy caro pagar esa cantidad".

El munícipe explica además que "los pescadores cocinaban cada año un monumental caldero de sepia a la mallorquina para los asistentes y les resultaba mucho trabajo. Dicen que están un poco cansados y que el esfuerzo no les compensa".

Ante la imposibilidad de acercar las posturas el alcalde ha decidido intentar organizar la feria sin los pescadores. No obstante, se ha encontrado también con la negativa de estos a prestar el muelle viejo o la explanada de la cofradía.

Plaza Gabriel Roca

Llompart dice que "es una auténtica lástima no contar con el muelle viejo ya que es precisamente lo que da carácter marinero a nuestra feria. Si no podemos usarlo tendremos que buscar otro emplazamiento". Fuentes próximas indican que se ha decidido que se ubicará en la plaza Gabriel Roca, ya que permitiría incluso instalar una carpa mayor. Por otra parte, Llompart agrega que quiere dejar claro que "el consistorio seguirá colaborando en otros asuntos con los pescadores pese a este desencuentro".