Las inmobiliarias tanto de Manacor como de Inca dicen no haber notado un aumento destacado en la venta de pisos durante el último año, como para pensar en un repunte al alza del sector. "Es cierto que hemos notado algo más de movimiento e interés, pero las operaciones siguen sin cerrarse", señala Juan Rodríguez, de la inmobiliaria manacorina Riera & Taylor.

"La gente viene buscando lo más barato, ofertas de pisos y sobre todo fincas rústicas entre 70.000 y 150.000 euros y que estén situadas cerca de la ciudad, lo cual es complicado", explica Manuel Vázquez, del mismo grupo, que ve en los bancos el principal escollo a la hora de dar salida a la oferta: "Son los que manejan el mercado. Por ejemplo, una pareja de jóvenes interesados en una vivienda nuestra de Manacor se fue a su entidad para pedir una hipoteca. Presentando la nómina de los dos al final se la dieron, pero a cambio de que compraran un piso suyo en Porto Cristo. O el piso del banco o no hay hipoteca".

Arantxa Pardo, de la inmobiliaria NouPis, opina que "la realidad es otra a la que se vende desde el Ministerio. Lo que sí han subido han sido los alquileres por desahucio y sin muebles. Los bancos siguen embargando y acumulando pisos en stock".

Paqui Rubio, de Inmobiliaria Pujadas, en Inca, manifiesta que "el problema es que los bancos no dan crédito, pero es que, además, mucha gente está descapitalizada o en paro, con lo que tampoco podrían pagar al banco".

Victòria Sampol, de SV Projectes, apunta que "Inca está más estancada que otros municipios de alrededor". Abunda en que la gente sólo alquila de momento porque no puede afrontar el pago de las hipotecas. "El caso es que Inca tiene mucho producto, y bueno, a la venta. Falla que no hay cliente para él", sentencia la profesional.