En las comarcas alicantinas de la Marina Alta, la Safor y el Comtat existen pueblos en los que se usa el artículo ´salat´ propio del catalán de Mallorca, se practica la matanza del cerdo al estilo isleño, con la sobrasada como embutido estrella, y la gente se apellida Llodrà, Muntaner, Monjo, Gomis o Calafat. Son los descendientes de los aproximadamente 5.000 mallorquines, un 10% de la población isleña, que hace exactamente 400 años cruzaron el charco en un viaje sin retorno para repoblar las comarcas de la comunidad valenciana cuyas tierras habían quedado descuidadas y los pueblos deshabitados tras la expulsión de los moriscos decretada en 1609.

Aquellos mallorquines colonizaron parte del Levante peninsular por iniciativa de los señores feudales, que querían mantener los diezmos y necesitaban nuevos habitantes para sus tierras, según explica Antoni Mas, historiador de Santa Margalida que ha recopilado mucha documentación sobre este suceso histórico. "Los isleños accedieron a marcharse, porque aquí había hambre y desesperación, sin tierras suficientes para mantener a las familias y con unas rentas muy altas a pagar a los señores", añade. El pueblo mallorquín con más habitantes que emigraron a Alicante fue Santa Margalida, que perdió a una cuarta parte del censo. Se fueron entre 400 y 500 personas. Pero también hubo colonos de Llucmajor, Manacor, Artà, Pollença, Andratx, Calvià o Puigpunyent.

A pesar de que los mallorquines intentaron integrarse cuanto antes en la vida de su nuevo hogar para evitar las habituales burlas de los valencianos hacia su particular acento, las huellas y las costumbres de los isleños han permanecido vivas en algunos pueblos como Tàrbena, donde pervive el artículo ´salat´ y se elabora la sobrasada, Vall d´Ebo,Llíber, Xaló, Pedreguer o la Vall de Gallinera.

Los cuatro siglos han ido difuminando el origen mallorquín de los descendientes de los primeros colonizadores. "Hasta hace poco tiempo, el apelativo ´mallorquín´ tenía una connotación negativa, ya que la llegada de los isleños hace 400 años provocó que el deseo de los habitantes de allí de tener más tierras y unos jornales más altos se desvaneciera; eran vistos como emigrantes con los que rivalizarían por los trabajos", explica Mas.

Ahora se produce el "proceso inverso" de "reivindicar el origen mallorquín". Los hermanamientos entre poblaciones alicantinas repobladas por mallorquines y localidades isleñas de donde salieron muchos colonos están a la orden del día. Gracias a esta nueva tendencia y a los nuevos estudios históricos sobre este fenómeno iniciados en la década de los 80, muchos alicantinos han conocido sus orígenes mallorquines.

´Valencians de Mallorca´

El fenómeno de la emigración mallorquina a tierras alicantinas se ha plasmado en un documental, ´Valencians de Mallorca´, que se ha estrenado ya con gran éxito en algunas poblaciones alicantinas y que hoy viernes podrá verse en Santa Margalida y mañana sábado en Pollença. Elaborado por la productora valenciana InfoTV, el documental ha surgido de la iniciativa de la Mancomunitat Cultural y del Institut d´Estudis Comarcals de la Marina Alta.

El director, Juli Esteve, explica que el documental se inicia con un texto introductorio que incluye la anécdota a partir de la cual empezó a investigarse el origen mallorquín de los habitantes de la Marina Alta. "El catedrático Vicenç Rosselló, un geógrafo mallorquín que ejerce de profesor en la Universitat de València, se fijó en que la mitad de los apellidos de sus alumnos tras hacer un examen en Dènia eran de la isla", explica. Entonces, encargó a un colaborador, Josep Costa, original de Xaló y descendiente de isleños, que investigase este fenómeno. Finalmente, elaboró una tesis doctoral sobre el repoblamiento. La historia sobre este episodio histórico empezaba a escribirse.

"Mucha gente de la Marina Alta no era consciente de la mallorquinidad de sus tierras, sólo pasaba en Tàrbena, donde el habla conserva muchas similitudes con el mallorquín", apunta Esteve. En la mayoría de pueblos colonizados por isleños "el proceso de asimilación fue muy rápido porque los recién llegados querían evitar las burlas". Sin embargo, los apellidos, la toponimia, el habla, las construcciones y otras costumbres no pueden obviar la presencia del ADN mallorquín.

"En estos pueblos, el porcentaje de apellidos mallorquines tradicionales es más alto que en Mallorca", concluye Antoni Mas.