La comisión insular de Urbanismo del Consell de Mallorca ratificó ayer por unanimidad la caducidad del expediente de tramitación de un proyecto de campo de golf en la finca de Son Verí, en Marratxí, lindante con las urbanizaciones de Sant Marçal y sa Cabaneta. La comisión adoptó esta decisión después de que la promotora, Golf de Son Verí, no haya aportado en los tiempos legales requeridos la documentación necesaria para acometer la infraestructura.

El plan, además de un campo de golf con 18 hoyos, preveía también una instalación para prácticas, un club social, tres lagos ornamentales y un aparcamiento para 85 vehículos. La superficie prevista para el proyecto ascendía a 64,5 hectáreas, el equivalente a unos 65 campos de fútbol. Estaba previsto un aforo de unos 150 jugadores de golf al día. Los accesos se habían planificado desde la calle Mestre Lluch.

El director insular de Urbanismo, Miquel Vadell, recordó ayer que el proyecto de campo de golf empezó a tramitarse en el Consell de Mallorca en el año 2009 y que, desde entonces, la promotora no ha seguido cumplimentando el papeleo necesario para conseguir la declaración del interés general, como la tasa previa que exige la institución insular. Por eso, detalló, se decidió dar carpetazo al proyecto.

Freno a un hotel en Porreres

Además, la comisión insular de Urbanismo decretó la caducidad del expediente de otro gran proyecto urbanístico, la reforma de unas casas rústicas de es Pagos (Porreres) para convertirlas en un establecimiento hotelero de cinco estrellas. La iniciativa la empezó a promover en el año 2007 la empresa Binipuntiró.

Durante esta legislatura, la institución insular había puesto trabas a otras de las medidas que contemplaba el plan de desarrollo de estos terrenos de Porreres. La comisión de Urbanismo ya denegó la declaración de interés general para autorizar un campo de golf así como el permiso para otro hotel de lujo de nueva planta. El plan contemplaba asimismo la construcción de un geriátrico.

Talleres para el tren

Otro proyecto que ayer quedó definitivamente en suspenso fue uno que quería promover la compañía Ferrocarrils de Sóller para habilitar una gran zona de talleres, cocheras y oficinas en unos terrenos situados entre Palmanyola y Santa Maria, al lado del área recreativa de Caubet. El carpetazo final a este proyecto se trató de una mera formalidad, porque en las conversaciones previas entre la empresa y el Consell, la institución insular ya dejó claro que eran unas construcciones que implicarían un "importante impacto paisajístico" en esta zona, según manifestó la consellera de Territorio, Maria Lluïsa Dubon.

Sobre un solar de 17.000 metros cuadrados, la intención era levantar talleres para los trenes, más una zona de oficinas y un área de estacionamiento con capacidad para albergar hasta una veintena de autocares turísticos y 130 coches.

Dubon enmarcó todas estas actuaciones en la política de la institución insular de emprender "acciones de contención en suelo rústico". "Gota a gota, hemos ido frenando muchos proyectos", remarcó la consellera.