La última legislatura de pacto de centro izquierdas en ses Salines ha venido marcada por los conflictos internos, que han hecho que en un periodo relativamente corto de tiempo, el equipo de gobierno formado por PSOE-Progressistes+UM+NIL se quedara en minoría a medio camino por la salida de Nous Independents Locals. Pero una moción de censura frustrada promovida por el PP y la necesidad del cambio de alcalde acordado en 2007, obligaron a los socios a reencontrarse.

En julio del año pasado, el socialista Sebastià Burguera entregó la vara al regionalista Tomeu Lladonet, con más de medio año de retraso. Esta tarde a partir de las 18,30 horas en las Escoles Velles, los cinco candidatos a la alcaldía, Sebastià Burguera (PSOE-Progressistes), Maria Bonet (PP), Tomeu Lladonet (CxI), Tomeu Galmés (NIL) y Sebastiana Gomila (SU), intentarán presentar sus credenciales, en el debate electoral organizado por el Club Diario de Mallorca.

Pero además de conflictos políticos, que dejaron a su vez fuera al histórico Antoni Perelló, presidente de la Junta de Distrito de la Colònia de Sant Jordi hasta hace escasamente un año, esta legistatura será recordada por el urbanismo. La construcción del centro de interpretación de Cabrera no ha conllevado un número mayor de visitas al núcleo, así como tampoco ha conseguido rentabilizar la inversión realizada por el Govern Matas.

El antiguo cuartel de la Guàrdia Civil de la Colònia, símbolo de la lucha contra el contrabando en Mallorca, fue demolido hace unos meses entre protestas de ARCA y la incomprensión de la oposición.

Problemas con el agua potable y su presión, a la hora de aprobar los presupuestos, la afectación de la crisis sobre los números locales, las obras del Plan E, el cese del responsable de Protección Civil o el conflicto con los aparcamientos en zona azul, también tendrán su espacio de reflexión dentro del debate. Otro de los quebraderos de cabeza dentro de la agitada legislatura, ha sido la poca importancia que se le ha otorgado a la Junta de Distrito de la Colònia, órgano que en teoría debía ser decisorio y que ha acabado por suponer un problema de intereses por su control.

También se tratará cuál se pretende que sea el futuro del sector turístico en el municipio, con un especial interés en dirimir si la planta hotelera necesita ser modernizada o la oferta de la que disfrutan los visitantes es la adecuada. Para terminar con la intervención directa del público asistente.