Las calles de Sóller retornaron ayer a la normalidad después que camiones de la empresa pública de Palma Emaya iniciara los trabajos de recogida de basuras de las calles de Sóller tras dos días sin servicio, a causa del enfrentamiento que separa el Ayuntamiento y la concesionaria, Acciona.

Cuatro camiones compactadores con su personal y guiados por operarios de la brigada municipal iniciaron a partir de las siete de la mañana los trabajos de recogida de residuos. Fuentes municipales precisaron que los trabajos se vieron ralentizados por el hecho de haber el doble de residuos en la calle que un día normal. También afectó el desconocimiento de los operarios de las rutas y calles. No obstante, desde el Consistorio explicaron que la retirada se llevó a cabo "con normalidad", aunque reconocieron que "los posibles fallos que se hayan producido el primer día se irán corrigiendo".

Si en Sóller los contenedores estaban llenos, en el Port la situación era mucho más dramática, en tanto que en algunos puntos sensibles desde el punto de vista turístico estaban completamente saturados de residuos. Los operarios trabajaron a destajo con el fin de retornar la normalidad en esta zona y evitar la mala imagen que daban a los turistas y visitantes. Emaya tuvo el apoyo de operarios y camiones de la brigada municipal de obras que colaboró en tareas de retirada de basuras de algunos puntos del término municipal. Desde ayer, Emaya también se ocupa de la limpieza de las calles del Port, mientras que operarios del taller ocupacional Estel Nou hacen lo propio en la zona del núcleo urbano de Sóller.

Por otra parte, el equipo de gobierno convocó para este mediodía un pleno extraordinario en el que será ratificado el decreto de alcaldía que Carlos Simarro suscribió el lunes mediante el cual se llevaba a cabo la contratación "urgente y necesaria" de la empresa Emaya por tiempo indefinido mientras no se resuelva el conflicto económico que enfrenta al Ayuntamiento y Acciona, la actual concesionaria del servicio de recogida de basuras. Ambas partes se han dado un plazo de cuatro meses para continuar las negociaciones y llegar a un acuerdo.

Según preció el alcalde, Carlos Simarro, las negociaciones se centran en una eventual reducción de servicios por parte de la concesionaria con el fin de reducir el coste de la factura mensual de Acciona, y en la forma de pago de los tres millones que le debe Sóller. Precisamente, el plazo de amortización de la deuda es el escollo que hasta el momento ha impedido llegar a un acuerdo que resuelva de una vez el conflicto.