En la comarca del Llevant predominan los gobiernos de izquierda. En Capdepera fue ayer desbancado de la alcaldía Joan Ferrer (PP), tras prosperar una moción de censura presentada por los cinco ediles del PSOE más los cuatro de Unió per Capdepera (UCap). De esta forma, de los cinco municipios del Llevant el PP sólo regenta Manacor, con Antoni Pastor al frente. En Sant Llorenç manda el pacto integrado por el Grup Independent de Son Carrió-PSOE-AGIN; en Artà hay un gobierno en minoría de cuatro regidores de Unió d´Independents d´Artà e IniciativaVerds (todo apunta a que pronto se sumarán tres ediles del PSOE), y en Son Servera la alianza actual es PSOE-Independents-CxI.

La sala de plenos de Capdepera se abarrotó de público a las 12 de la mañana. Entre el público asistente, altos cargos del PSOE como Francina Armengol y Cosme Bonet, aparte de los alcaldes socialistas de Son Servera y Santa Margalida y varios ediles de diferentes municipios. Por el PP destacó la presencia de Joan Rotger.

La moción de censura recibió ocho votos en contra, insuficientes para evitar que surgiera efecto. Además de los cinco votos en contra del PP hubo dos negativos del PSM+Entesa y otro de Es Grup.

Tras las intervenciones y las votaciones, a las 12,38 horas llegó el momento del cambio de alcalde. Ferrer se abrazó con Rafel Fernández, estrecharon sus manos y el nuevo número uno socialista se quedó con la vara. Cabe recordar que en las elecciones el líder del PSOE era Tolo Alzina. No obstante, el día del pleno de investidura, el 11 de junio, hubo sorpresa gorda al desentenderse Alzina del acuerdo previo alcanzado con UCap. Alzina, implicado en el caso judicial del trágico derrumbe de parte del Hotel Son Moll, no aceptaba tener la vara los dos primeros años de legislatura. Esta discrepancia y otros motivos que aún no se han confirmado derivaron en un desmarque y Ferrer fue proclamado alcalde al ser el PP el más votado en los comicios (1.088 sufragios los conservadores por los 914 de los socialistas).

En la anterior legislatura gobernó PSOE-UCap-PSM-EU+EV (las dos ediles de esta última coalición se marcharon tras lo de Son Moll). Hubo dos alcaldes: Alzina y Josep Gallego (UCap).

Los problemas internos del PSOE llegaron a su punto álgido el 15 de junio, cuando Alzina entregó su acta de regidor y denunció "presiones" y la indiferencia del PSOE ante su situación: "No me defendieron a muerte". El número dos se convirtió entonces en el referente. Fernández tiene 41 años, es profesor de secundaria, está casado y es padre de una hija.

"Un gobierno sólido y estable"

Tanto Fernández como Torres reiteraron en sus intervenciones que el objetivo de la moción de censura es conseguir un gobierno "sólido y estable", con "confianza mutua" y el "interés común del bien del municipio". En esta línea, reprocharon la "incapacidad" del PP para llegar a acuerdos.

Torres (exafiliado al PP) aseguró que UCap "no tiene nada contra el PP" y que "ninguno de los miembros del partido ha entrado por intereses particulares". Garantizó "honestidad" y justificó el entente con el PSOE por ser "la demanda mayoritaria" de la gente. Reconoció que la crisis condicionará en gran medida la gestión, y concluyó: "Queremos gobernar para todos los ciudadanos".

Fernández tuvo sentidas palabras de agradecimiento para los excaldes Alzina y Gallego. Asimismo, felicitó a Ferrer por su dedicación. "Ahora no valen excusas, somos mayoría y hay que ponerse a trabajar", remarcó. Los pilares: "Austeridad, veracidad, lealtad, tolerancia y espíritu de trabajo". Entre las prioridades figura la de un plan estratégico turístico con participación y consenso.

En contraste, un dolido Ferrer. Agradeció el respaldo de los vecinos y acusó a PSOE y UCAP de estar "tan solo unidos por el objetivo de desbancar al PP". Recordó que el PP fue el más votado en las tres últimas citas con las urnas. Advirtió de la convulsión en las filas internas del PSOE. "Dejaré de ser alcalde no por mis desaciertos, sino porque lo que importa aquí es la silla y una buena paga". Lamentó el no haber recibido más apoyos y tachó de "nefasta" la gestión del centroizquierda, rechazando la "elevada" deuda y polémicas obras como el "fiasco" de la regeneración del vertedero y las "numerosas deficiencias" del centro Cap Vermell. Avisó de que el nuevo gobierno local no está ahora en sintonía con Consell ni Govern y, en consecuencia, "está cada vez más alejado del sentir de una población cansada de pagar impuestos". De hecho, recientes resoluciones judiciales obligan al Ayuntamiento a devolver más de 200.000 euros a ciudadanos por tasas ilegales.

Pere Fuster, del PSM+Entesa, reveló que "por coherencia" rehusó pactar con el PP. Argumentó el voto en contra de la moción "porque ésta solo se basa en el reparto de sillas, no habla de turismo, juventud, participación o cultura. No sabemos nada de nada". Calificó la alianza de PSOE y UCap de "centroderecha, siendo muy generosos". Prometió oposición "constructiva y desde la izquierda". En cuanto a la crisis: "Nos conformaríamos con que las nóminas de los trabajadores se puedan pagar a final de legislatura, sin ser necesarios excesivos recortes de los servicios básicos". Reclamó "transparencia" y les deseó suerte.

Mateu Melis, de Es Grup, cuestionó "las formas" y la moción basada simplemente "en una repartidora de cargos y sillas". Abogó por "la suma" y las "aportaciones en favor el interés general" y reprochó que al PP no se le diera ni tan siquiera "los 100 días de gracia".