La lápida sepulcral del párroco alaroner Pau Bestard, fallecido en 1765 tras 22 años de vicario y dos de ecónomo, ya se encuentra en el recinto de la rectoría de la parroquia. La brigada de patrimonio del Consell y una empresa local de material de construcción fueron los encargados de llevar a cabo el transporte y la instalación de la piedra ayer por la mañana. La operación presentaba la complicación del peso de la lápida -unos 800 kilos-, su antigüedad y que se debía elevar con una grúa por encima del muro de la fachada exterior del edificio. La piedra fue hallada hace un año enterrada en la base de la escalera del campanario. Un informe del departamento insular de Patrimonio ha recuperado la inscripción original.