El equipo de gobierno del ayuntamiento de Santa Margalida, compuesto por Suma pel Canvi y Convergència, no descarta realizar cambios importantes en el entorno del monumento a la Beata que figura en la plaza de la localidad, que había sido reformado a mediados del año 2009 por el anterior equipo de gobierno del PP en el marco de una actuación integral de mejora de toda la plaza. El alcalde Miquel Cifre (Suma pel Canvi) confirmó ayer que el Ayuntamiento ha encargado un "informe gratuito" al hijo de la escultora Remigia Caubet, autora de la figura que representa a la Beata, para solicitar su opinión sobre un posible "rediseño" del espacio urbano. "Si el informe dice que hay que cambiar alguna cosa, se cambiará", subrayó el primer edil.

De hecho, el hijo de la escultora, Damià Ramis Caubet, fue uno de los más críticos con la actuación municipal que en el año 2009 cambió por completo el espacio en el que se situaba la escultura, habilitada en la plaza en el año 1974. En una carta dirigida a finales de 2009 al entonces alcalde, Martí Torres (PP), Damià Ramis reclamaba la paralización de las obras de "destrucción" de una "parte fundamental" del proyecto escultórico de su madre y la "reintegración de los elementos naturales originales" en el entorno de la Beata. La obra ejecutada por el PP en este espacio, que tuvo un coste de 100.000 euros, también se topó con la oposición frontal del portavoz del PSOE y actual alcalde Miquel Cifre, que llegó a calificar de "atentado" la modificación del jardín original, una de las "marcas de identidad" de la Vila, a su entender.

Alegaciones del PP

Por otra parte, el grupo municipal del PP en el ayuntamiento de Santa Margalida ha presentado alegaciones contra la reforma circulatoria proyectada por el actual equipo de gobierno, y principalmente contra la reapertura al tráfico de la calle Joan Monjo March, peatonizada tras la reforma de la plaza ejecutada por el anterior equipo municipal.

Los populares consideran que la reapertura al tráfico de parte de la plaza "es un retroceso histórico", ya que, en su opinión, "la adecuación de la plaza para los peatones ha convertido el centro del núcleo en un lugar atractivo" y "permitió la eliminación de barreras arquitectónicas, favoreciendo el desplazamiento de la gente mayor y personas con movilidad reducida". Además, el PP destaca que la actuación que realizó en la plaza apostaba por priorizar a las personas por encima de los coches y logró un "uso más racional y respetuoso con el medio ambiente del vehículo privado". Por todo ello, los populares reclaman que "se deje sin efecto" la reforma circulatoria prevista en la plaza de Santa Margalida.

Por su parte, el alcalde Cifre defendió ayer la reforma al considerar que, a nivel circulatorio, la plaza juega un papel fundamental en la movilidad interior de la Vila y porque así "se dará salida a los coches que de la parte alta se dirijan a la parte baja de la localidad". Cifre aseguró que, en principio, la calle Joan Monjo March estaría abierta al tráfico durante doce horas al día.

El alcalde recordó que la reforma de la plaza ejecutada por el PP "no peatonizó por completo" este espacio céntrico de la Vila. "Si el PP quería hacer una plaza más segura, bastaban 150 euros y no los 150 millones de las antiguas pesetas que se invirtieron en la reforma", apuntó. Cifre añadió que "al menos, este equipo de gobierno ha expuesto al proyecto al público, cosa que no hicieron ellos con el plan de reforma de la plaza".