A pesar de que son convocatorias públicas, los ciudadanos en general no suelen acudir a los plenos de sus respectivos ayuntamientos, como si los acuerdos que se adoptan no fuesen con ellos. Esta regla se rompe en Santa Margalida. Desde que el nuevo pacto instauró el horario nocturno, la sala de plenos registra llenos absolutos. Tal vez solo sea la curiosidad o el morbo por ver en acción a un equipo de gobierno diferente al que ha regido el Ayuntamiento desde hace muchos años, pero lo cierto es que gente de todas las edades acude por la noche a oir a sus representantes municipales. De esta forma, los políticos están obligados a dar lo mejor de sí mismos para mantener a la audiencia enganchada. Además, con monstruos políticos (en el buen sentido de la palabra) como Cifre o Monjo es difícil que el tedio domine los debates.

Adiós a la política de ´deixar pixar es mul´

Seguimos en Santa Margalida. El alcalde Cifre acusó al anterior equipo de gobierno PP-CPU de practicar la política de ´deixar pixar es mul´, que podría interpretarse como el arte de dejar pasar los problemas sin afrontarlos. "Con vosotros, ´el mul pixava i pixava...´, pero lo pararemos", apuntó el primer edil socialista.

Un gol al Ayuntamiento

Ante la ausencia de grandes zonas de ocio para los niños de Inca, la plaza de España de la ciudad ejerce por las tardes de parque al aire libre. Ayer, un grupo de jóvenes jugaba al fútbol frente a la sede del Ayuntamiento, cuya puerta principal servía de portería ocasional. Al menos, estos niños podrán decir que ya le han metido un gol al Consistorio ´inquer´.