­Petra recuperó el pulso a su Mostra d´Art i Empresa y llenó más que nunca la avenida de sa Revolta de miles de personas que acudieron, durante todo el día, al reclamo artesanal y a la pasarela de últimas tendencias, el verdadero gancho de esta XXII edición.

Las diez de la mañana era la hora señalada, para que las decenas de paradas repartidas a ambos lados del paseo abrieran su oferta que, como viene siendo habitual, es un escaparate de la vida comercial del pueblo, donde tuvieron cabida desde la fotografía hasta la decoración, pasando por los materiales constructivos o la venta de ropa y complementos.

Tampoco faltaron los tradicionales bunyols, producto obligado durante estas fechas en la Part Forana; ni las referencias rurales del municipio representadas en un enorme arado de unos 40 metros cuadrados. Tampoco la actuación de la Banda Unió Musical de Petra, los puestos para comer o el concurso lingüístico El Gran Dictat, a cargo de la Obra Cultural Balear, ya por la tarde.

Pero lo que sin duda focalizó la mayor parte de la atención de la Mostra, fueron los dos desfiles de moda, trajes de boda y tendencias que tuvieron lugar en la calle de Manacor, denominados Petra, casa´t amb mi, y organizados por la asociación de comerciantes local. A las doce empezó el primer pase, una lograda escenificación de una boda, con un novio vestido de blanco esperando entre la multitud, la llegada de su amada en un coche de época, con el redoble de campanas incluido.