­El conseller de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio, Gabriel Company (PP), denunció ayer que el Govern del Pacte adjudicó obras del convenio ferroviario 2007-2011 por valor de 220 millones, de los que las empresas adjudicatarias ya han gastado y justificado 120 millones, si bien solo se pagaron 51,5 millones. Con ello, Company quiso recordar que el ejecutivo presidido por Francesc Antich adjudicó obras "de un coste millonario, principalmente para el proyecto Manacor-Artà, sin disponer de fondos".

El motivo es que el ministerio de Fomento firmó con el Govern, un convenio cifrado en 443 millones de euros a pagar en cuatro años, de los que finalmente solo se ha transferido a la Comunitat 51,5 millones, lamentó el conseller. "No es una cuestión de derechas o de izquierdas, sino de gestionar con responsabilidad".

Según el conseller, de los referidos 120 millones aún se adeudan 69,2 a las empresas que han realizado las obras. "A esta deuda hay que sumar otro gasto de 15,1 millones que hizo el anterior ejecutivo, también sin disponer de fondos, que corresponde igualmente al convenio ferroviario". Este dinero se ha empleado para gastos corrientes, ascensores, renting, reparaciones y mantenimiento de trenes. Company insistió en que parar las obras del tren de Llevant ha sido "un acto de responsabilidad para no perjudicar más a las empresas".

Al mismo tiempo, el conseller dijo ayer haber solicitado hasta en dos ocasiones en los últimos cuatro meses, un encuentro con los responsables de Fomento para pedirles que hagan efectivo el convenio. El director general de Infraestructuras Ferroviarias de Ministerio, Carlos María Juárez, "no ha querido poner fecha a este encuentro, aunque sí recibió la pasada semana a alcaldes de la línea hasta Artà, a quienes les han tomado el pelo de mala manera".

Primeros desprendimientos

Las copiosas lluvias que estos últimos días han descargado sobre la isla, también han causado sus consecuencias sobre la línea paralizada que va de Manacor a Artà. A la altura de Son Negre (a unos cinco kilómetros de la capital de Llevant) y cerca de Sant Llorenç, ya se distinguen espectaculares desprendimientos de los taludes hacia el interior del cauce por donde debería pasar el tren, y que de momento se ha trasformado en un corredor árido e inundable.