El ayuntamiento de Santa Margalida ha decidido "pasar a la acción" para controlar las conductas incívicas en el municipio, y especialmente a las personas que incumplan la ordenanza municipal reguladora de la tenencia de animales domésticos y de compañía y no retiren los excrementos de sus perros en la vía pública. También serán apercibidos los ciudadanos que paseen al perro suelto en el núcleo urbano y los que tengan un can sin identificar con el obligatorio microchip.

El alcalde Miquel Cifre (Suma pel Canvi) confirmó ayer que la Policía Local ya ha puesto en marcha la creación de un registro en el que se incluyen a los infractores de la citada ordenanza, a los que se advertirá en primera instancia para posteriormente aplicar las sanciones previstas en la normativa en caso de reincidencia. En este caso, los infractores pueden ser multados con sanciones que oscilan entre los 90 y los 3.000 euros, en función de la gravedad de la infracción y de la reincidencia.

La campaña municipal está coordinada por el área de Medio Ambiente, con la colaboración de la plantilla de la Policía Local. El objetivo es el de "preservar el espacio público como lugar de convivencia y civismo para que los ciudadanos puedan disfrutar de un municipio limpio y habitable". Por ello, el equipo de gobierno integrado por Suma pel Canvi y Convergència está decidido a aplicar la ordenanza que contempla una serie de sanciones para los infractores. "Las normas de conducta deben respetarse y el hecho de recoger los excrementos del propio animal de compañía será sancionado si no se cumple la normativa", apunta la institución municipal.

Así, el Consistorio avisa que la Policía Local "actuará en consecuencia" para que la ordenanza sea cumplida por los ciudadanos, si bien "el objetivo del Ayuntamiento no es el de sancionar, sino el de parar estos hábitos incívicos por parte de los ciudadanos".

Asimismo, el Consistorio se compromete a iniciar políticas de fomento de la convivencia y el civismo.