El sector aceitero de Mallorca ha experimentado un auge muy importante en los últimos diez años. El crecimiento ha sido tan rápido que incluso provoca, por primera vez, problemas de comercialización. En plena campaña de recolección la Denominació d´Origen Oli de Mallorca ha convocado elecciones en las que ha resultado elegido, por tercera vez, Pep Oliver, un payés de Sóller, que en breve será ratificado por el conseller de Agricultura.

–¿Cuánto lleva en la DO?

–Esta será la tercera ocasión que la presidiré. La primera legislatura fue presidente Antoni Pinya. Yo era entonces gerente de la Cooperativa de Sóller. Pinya dimitió a los nueve meses y me eligieron de forma interina. Desde entonces he sido reelegido.

–¿En qué situación se encuentra el sector en la actualidad?

–Es muy complicada porque, además de la crisis, hay cierta inseguridad en cuanto al futuro de las ayudas oficiales. Otro gran punto de inflexión es que se ha sembrado mucho olivar sin la debida planificación comercial.

–¿Cómo es eso?

–Hay gente que sembró olivar hace años con un proyecto estudiado, con una inversión, para producir y vender su aceite. Éstos están satisfechos. Hay gente que sembró para autoconsumo que también está contenta, y hay gente que, atraída por los buenos resultados del sector, sembró mucho para vender a las almazaras sin hacer previsiones y ahora está decepcionada porque este año no les compran o les compran muy barato.

–¿Por qué?

–Porque por primera vez en años, los grandes comercializadores locales tienen excedentes del año pasado.

–¿A qué se deben estos excedentes?

–Se deben a que la producción ha crecido a un ritmo superior a la comercialización. Es cierto que en un año hemos duplicado las exportaciones. En 2011 hemos mandado fuera de Mallorca un total de 125.000 litros de aceite, pero aun así hemos producido a mayor ritmo del que hemos vendido.

–¿Por qué se ha crecido tan rápido?

–Existen dos motivos fundamentales. Uno es que la superficie cultivada se ha incrementado mucho. Antiguamente el olivo era un cultivo de la Serra y en la actualidad hay decenas de miles de olivos en el Pla. El otro motivo es que toda esa gran extensión es de árboles jóvenes, de entre cinco y diez años, en régimen de regadío, que están entrando en el período de máximo rendimiento.

–¿Y qué soluciones hay?

–Yo no quiero decirles a los payeses que arranquen. Soy payés y abogo por vender más. Lo que debemos hacer, de la mano del Govern, es seguir potenciando el mercado alemán. Nos está dando grandes resultados. Hemos de seguir produciendo un aceite de alta calidad para venderlo bien.

–¿No cree que para el mercado interior el aceite mallorquín es muy caro?

–No es caro; lo que ocurre es que las grandes superficies han tomado el aceite como producto reclamo y todo el mundo se ha lanzado a plantear ofertas tirando el precio por los suelos. Que el aceite sea caro es más una sensación del consumidor que una realidad. Pondré un ejemplo práctico. No dudamos en pagar 20 euros por un buen vino que nos acabaremos en una comida de domingo entre cuatro personas, pero nos parece caro gastar nueve euros en un aceite bueno que nos durará una semana o más.