El ayuntamiento de Santa Margalida, gobernado por un pacto de centroizquierda entre Suma pel Canvi y Convergència, considera en las alegaciones presentadas al anteproyecto de la Ley Turística que elabora la conselleria presidida por Carlos Delgado que el texto legislativo "implica un desapoderamiento flagrante de las competencias territoriales y urbanísticas" de los municipios y que la flexibilización que propone el anteproyecto no puede aplicarse "a costa de la autonomía y las competencias locales".

Además, el Consistorio cree que el texto "vulnera el principio de igualdad, diferenciando entre ciudadanos de primera y de segunda clase en función de la actividad que desarrollen". En este sentido, las alegaciones consideran que la propuesta de la conselleria de Turismo crea "determinadas dispensas con carácter permanente" que convierten a los hoteleros en un "sector diferenciado" del resto de administrados, "obviando o pasando por encima del actual sistema legal y competencial al que siguen sujetos el resto de administrados".

Desarrollo incontrolado

El equipo de gobierno ´margalidà´ expresa su preocupación por las consecuencias territoriales que puede tener la aplicación de la Ley Turística, si finalmente se aprueba con el contenido propuesto por la Conselleria. A su entender, "la no aplicación de determinados preceptos de la normativa de ordenación territorial y urbanística supone la ruptura con un modelo reglado de previsiones de futuro para volver, en muchos casos, al desarrollo incontrolado de los años 70 y 80, con el consecuente sufrimiento del territorio y la hipoteca del futuro".

Según el ayuntamiento de Santa Margalida, la Ley "facilitará la legalización" de la competencia desleal y la oferta clandestina y la rebaja de la ratio turística de 60 a 45 metros cuadrados "implica una pérdida de calidad". También se manifiesta en contra de las "dispensas" en materia urbanística porque "suponen un ataque frontal a las competencias municipales" debido a la falta de necesidad de informe previo y vinculante de la administración local a la hora de conceder licencias.

Además, los usos complementarios que se permitirán a los hoteleros "pueden implicar, a la larga, la conversión de hoteles en auténticos centros comerciales, castigando aún más a la oferta complementaria".