El alcalde de Santa Margalida, Miquel Cifre, que no tiene pelos en la lengua, ha cargado duramente contra Jorge Campos, "gerente o exgerente" (confusión totalmente intencionada) de la finca de Son Real, por haber vinculado el supuesto aumento de visitas al predio en el último año a su gestión y, "más concretamente", en palabras del alcalde, "a la colocación de banderas oficiales (española y autonómica) y a la señalización junto a la carretera".

Sin embargo, Cifre sostiene que, si la finca recibió más visitantes "se debe al gran esfuerzo realizado en la pasada legislatura para difundir los valores y los servicios de la finca". El alcalde recuerda que, antes de la colocación de las banderas, alguna de ellas ya saboteada, por cierto, "ya había una señalización bien visible desde la carretera que identificaba claramente la finca".

Pero lo que de verdad parece indignar al munícipe ´vilero´ es la falta de fondos para el mantenimiento de un predio impresionante en todos los sentidos. Y el símbolo actual de esta falta de interés denunciada por Cifre es la palmera situada junto a las casas de Son Real, afectada por el picudo rojo, como tantas otras. "Según parece, no hay dinero para arreglar una palmera, pero sí para comprar banderas", denuncia el político socialista.