Las obras de reforma del mercado municipal han quedado paralizadas por completo debido a que la empresa constructora que lleva a cabo los trabajos no ha recibido del Govern el último pago en la fecha pactada.
Así lo reconoció ayer el alcalde de Sóller, Carlos Simarro (PP), que explicó cómo el ritmo de trabajo de las mejoras se ha reducido hasta el punto de que en los últimos días ha quedado totalmente paralizada. "La constructora tiene las obras prácticamente paradas", aseveró el alcalde.
El motivo por el que se ha llegado a esta situación de estancamiento radica en el bloqueo de un pago que debe hacer el Govern balear por importe de 180.000 euros, un dinero procedente de la subvención que en su momento aportó para llevar a cabo la reforma. Simarro señaló que desde el ayuntamiento están "intentando que el Govern pague para que las obras se reanuden con normalidad lo más pronto posible".
La ejecución de las obras está actualmente en una fase intermedia a la espera de realizar el recubrimiento de todo el edificio. El edificio del mercado está sin tejado y tapado con una cubierta provisional de maderas y lonas para que el agua de la lluvia no se filtre hacia el interior. Según apuntó el alcalde, el cubrimiento definitivo no se ejecutará hasta que la constructora se asegure el ingreso del dinero que le debe el Govern.
Evitar más retrasos
Con el fin de conseguir que las obras se desbloqueen, el concejal de Bienes y Servicios, Miquel Bestard, apuntó también que los comerciantes harán una aportación de 57.000 euros (que tenían que hacer al final de la ejecución de los trabajos) para que el proyecto continúe y no arrastre más retraso. El plazo para ejecutar la reforma era inicialmente de nueve meses.
La reforma del mercado que actualmente está paralizada tiene un presupuesto de 380.000 euros, de los que 300.000 han de ser aportados por el Govern balear. Con este presupuesto se renueva por completo el tejado del edificio que hasta hace poco era de uralita, es decir, de fibrocemento con amianto.
La actuación que se lleva a cabo en la cubierta forma parte de un proyecto mucho más ambicioso valorado en cerca de tres millones de euros que prevé la renovación completa de todo el edificio. La falta de recursos obligó a dividir la reforma en varios proyectos del que actualmente se lleva a cabo la primera fase.
