­Más de cien personas protagonizaron a mediodía de ayer una sonora cacerolada en la plaza de la Constitución de Sóller para reivindicar un sistema educativo "equitativo, digno y de calidad" y postularse contra los recortes en educación que han llevado a cabo el Ministerio y la Conselleria. En la protesta tomaron parte maestros, padres y alumnos de varios centros escolares de Sóller, públicos y concertados, en un acto que fue organizado por la asociación de padres de alumnos del instituto Guillem Colom y la asociación que aglutina a sus alumnos. A la protesta se le adhirieron otras asociaciones de padres.

La marcha se inició frente a la parroquia y terminó frente al ayuntamiento donde varios asistentes desplegaron una pancarta que llevaba por lema "Por una educación digna". A su lado un centenar de personas que, provistos con cacharros de cocina y silbatos, gritaron proclamas contra los recortes en materia de educación y a favor de un sistema "digno y de calidad". Entre los manifestantes hubo algunos concejales de Sóller del PSOE, Progressistes y Entesa, que también se mostraron críticos con la política educativa actual. En la cita no hizo acto de presencia ningún miembro del PP de Sóller. Muchos de los manifestantes llevaban una camiseta en la que se leía el lema "Grita por una educación pública y de calidad".

Catalina Alcover, miembro activa del colectivo Albaïna, fue la encargada de coger el megáfono para dirigirse al público y leer un manifiesto en el que expresó el desacuerdo con los recortes de plantillas de profesores y para asegurar las expectativas de los alumnos. También se mostró crítica con la disminución de programas de refuerzo y la masificación en las aulas o la reducción de presupuesto para los centros y asociaciones de padres.

Alcover instó a "hacernos oir para tener un sistema educativo digno y de calidad" y comparó las "autopistas para la educación" con "caminos de montaña". Su discurso fue ampliamente aplaudido y con un ensordecedor ruido de cacerolas y pitadas. La protesta se prolongó durante unos 20 minutos bajo un intenso sol y un calor asfixiante.

Conflicto musical

La protesta coincidió con algunos de los actos que ayer se celebraban en la plaza enmarcados en la Fira de la Taronja. El ayuntamiento había colocado en el balcón del edificio consistorial altavoces de donde salía música folclórica. En el momento de iniciarse la lectura del manifiesto alguien manipuló el equipo de música para dar más volumen a la música y acallar a los protestantes, un hecho que provocó aún más protestas.

Concejales de la oposición accedieron al ayuntamiento e instaron a un funcionario municipal a que bajara el volumen de la música y la protesta pudiera continuar. El concejal del PP Antonio Torres no quiso hacerlo, según declararon los ediles de la oposición Catalina Esteva y Jaume Servera, que estuvieron en la protesta. Tras disolverse la protesta la música autóctona cogió el relevo a los silbatos y cacerolas.