Mulet valora la "buena sintonía" con sus socios de gobierno, aunque reconoce que ha tenido que hacer "un esfuerzo" para compaginar su labor como alcalde y su trabajo como administrativo de una compañía de seguros.

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–Ustedes volvieron a formar esta legislatura un pacto a tres. Convergència per les Illes, La Valldemossa que Volem y Grup Independent de Valldemossa. ¿Notan el desgaste del pacto de gobierno?

–No, tenemos una muy buena sintonía. El pacto tiene salud y no ha habido ningún motivo de conflicto. Ya nos conocíamos de la pasada legislatura.

–¿De qué se siente más satisfecho de este año como alcalde de Valldemossa?

–No ha habido ningún proyecto grande [a nivel de infraestructuras]. Pero hemos seguido trabajando para poner orden en algunas cosas. Hemos hecho, por ejemplo, la nueva ordenanza de ocupación de la vía pública, que implica un mayor control de las terrazas, la estética de los bares, souvenirs... Lo veo como algo muy positivo y esperemos que empiece a aplicarse en breve.

–La regulación de la circulación siempre ha sido un tema muy problemático en el pueblo.

–Precisamente hemos regulado la concesión de ORA y Acire. Antes, no había casi ninguna tipo de limitación para obtenerlo y al final había muchos vehículos circulando por el centro. Pero ahora hemos puesto como condición que quien quiera tener el Acire debe pagar el impuesto de circulación en el pueblo. Y, si no lo paga en el pueblo, al menos debe abonar una cuota mensual para obtenerlo.

–Durante su mandato, se ha quedado con ganas de...

–De poner en marcha el centro de día y estancias nocturnas. Ya está reformado, pero falta la financiación necesaria para abrirlo por parte del Govern.

–Hablando del Govern, ¿cómo ha resultado la experiencia de convivir con un Ejecutivo autonómico y un Consell en manos del PP?, ¿ha notado la diferencia de color político?

–En muchos aspectos, no me he sentido cómodo a nivel personal en según qué actos. A veces he sentido que me daban de lado. Ha faltado ´feeling´ personal.

–¿Cómo sobrevive el ayuntamiento de Valldemossa al torbellino de recortes y problemas de financiación inherentes a todas las administraciones?

–La verdad es que nuestra situación no es tan dramática. También tenemos deudas, sí, pero en el Ayuntamiento existe una situación controlada. No hay que olvidar que tenemos unos ingresos extra con la ORA y la Cartuja que nos ayudan a tener un ´colchón´.

–A partir de ahora, ¿de qué áreas municipales se encargará?

–De las que ya llevaba en la actualidad. Cultura, patrimonio y turismo.

–¿La afluencia de turistas a Valldemossa se ha resentido por la crisis?

–El nivel de afluencia no falla, pero no nos podemos dormir. No se trata de hacer muchas más cosas, pero sí de cuidar la imagen del pueblo, ofrecer folletos en la oficina de turismo, mejorar la señalización. Hay que trabajar en los productos de excursionismo, senderismo, gastronomía.

–Sólo ha ostentado durante un año la vara de mando. ¿No se ha quedado con ganas de más?

–La verdad es que no. He tenido que hacer un gran esfuerzo, porque he combinado la alcaldía con mi trabajo como administrativo de una compañía de seguros.