Cientos de jóvenes participaron ayer en la segunda edición de la Marxa Jove pel Territori, que este año contaba con la adhesión de veinte entidades juveniles de diferentes ámbitos de actuación y procedentes de toda la geografía mallorquina.

La salida de la marcha se produjo ayer por la tarde desde el puerto de Sóller, desde donde los jóvenes participantes salieron en dirección a Muleta, un espacio emblemático que "vuelve a estar amenazado por el cemento", según los organizadores de la marcha, cuyo objetivo es el de reivindicar una isla sostenible.

El acto reivindicativo concluyó en el aparcamiento de can Miró, donde los jóvenes disfrutaron de una cena popular y una noche de música con los raperos Valtònyc y Hugkakke.

El manifiesto de la marcha criticó la política del Govern de Bauzá y las amenazas para el territorio que suponen proyectos urbanísticos como el del hotel de sa Ràpita, Canyamel, la Marina de Magaluf, nuevos puertos deportivos o proyectos viarios como el segundo cinturón, entre otros.