­Cerca de 300 personas participaron el sábado en la II Marxa Jove pel Territori. Consistió en una caminata desde el aparcamiento de Can Miró hasta la cima de Muleta. No faltaron xeremiers, banderas y pancartas. La marcha denunció la amenaza urbanística que sufre Muleta, pero también se discutieron las intenciones urbanísticas del PP en sa Ràpita, son Bordoi, Canyamel, ses Fontanelles, sant Elm, etc. Una cena popular y un concierto complementaron el encuentro.