­Valldemossa deja de estar fuera de cobertura. El alcalde Nadal Torres (GIV) anunció ayer que había llegado a un acuerdo con los representantes de Retevisión para reabrir provisionalmente la antena de telecomunicaciones de esta compañía, lo que permite el restablecimiento del servicio de móvil que llevaba interrumpido en el pueblo desde el pasado lunes por el precinto de la antena.

El Ayuntamiento decidió el cierre de esta infraestructura €ubicada en la calle Hungría de la urbanización s´Arxiduc€, porque consideraba que no cumplía con la legalidad al superar la altura permitida, además de haber recibido numerosas quejas vecinales por la instalación.

Ayer, Nadal Torres explicó que había llegado a un acuerdo con los representantes de Retevisión sobre la necesidad de quitar la antena de su ubicación actual para instalarla en otro sitio. Para ello, la empresa tendrá un margen de unos dos meses para encontrar un nuevo emplazamiento y tramitar la documentación preceptiva. Mientras tanto, se reactivará la antena en su ubicación tradicional para que el pueblo recupere el servicio de telefonía de móvil.

Desde el lunes, los vecinos, empresarios, empleados de tiendas y turistas han sufrido un apagón en las señales de sus móviles, lo que les ha causado no pocos problemas en una época del año donde el pueblo bulle de actividad.

De vuelta a la "Edad de Piedra"

"Esto es tercermundista. ¡Parece que hemos vuelto a la Edad de Piedra!", manifestaba ayer al mediodía Carmen Ripoll, mientras limpiaba la terraza de su restaurante. Los problemas, de todos los tipos. Para empezar, uno de sus datáfonos €esos aparatos que se utilizan para hacer las operaciones con las tarjetas de crédito€ no le funcionaba al estar conectado a la línea de móvil. Sus relaciones comerciales con los suministradores también se han visto afectadas. "Es que acostumbro a hacer los pedidos con mensajes de móvil, y ahora no puedo", señaló.

Los empleados de tiendas de Valldemossa hablaban de que habían tenido que hacer una ingente labor de pedagogía con los turistas que, extrañados, se devanaban los sesos para encontrar una rayita de cobertura. Sin éxito. "Vienen los turistas y los ves que buscan cobertura de todas las maneras. Entonces les tienes que explicar que no hay por un conflicto. Y muchos reaccionan riéndose. ´¡Como en los tiempos antiguos!´, te dicen", comentaba la empleada de una joyería, Tatiana Tsurúkina, quien aseguraba que para ella éste no es un problema muy grave: "Es que utilizo poco el móvil".

Sensación de incomunicación

Para los afectados, esa sensación de incomunicación les transporta a los años en que el móvil no ocupaba un papel central en las vidas. "Sí que se hace raro estar todo el día sin que te suene el móvil. Parece que hemos vuelto al siglo pasado", se reía Lorena Cercós, hablando de unos tiempos en que la gente se comunicaba con telefonía fija y no existían los mensajes de texto ni los whatsapps.

Para Cristina Serra, que deja a sus hijas en Palma mientras se desplaza a Valldemossa para trabajar, sí que ha supuesto un problema grave la interrupción del servicio de telefonía. "No puedo comunicarme con ellas mientras estoy aquí ni tampoco con mis padres, que son sordomudos y con los que me comunico por ´whatsapp", apuntaba.

Había también quien lamentaba la falta de información que ha rodeado este problema. "Nadie nos avisó de que esto iba a pasar", se quejaba Sandrine Josso, en la tienda donde trabaja.