"No joven; Este tema está muy politizado y yo no quiero discusiones", es una de las muchas respuestas similares que numerosos vecinos de Sineu dieron ayer a la pregunta de qué les parecía que se recolocase la estatua de Jaume II en la plaza de la iglesia.

La controvertida escultura no deja indiferente a ningún vecino y todos tienen formada una opinión al respecto, aunque pocos aceptan expresarla en público. Sí hablan, largo y tendido, "fuera de micrófonos", y el resumen es que hay muy pocos que se muestren indiferentes: una parte la desea y la otra la aborrece.

El monumento donado por un grupo de sineuers y modelada por el artista Ricardo Gago se ha convertido en un símbolo que unos y otros utilizan. "Yo paso de este tema porque si digo algo dirán que es porque soy de la oposición", apuntaba un vecino llamado Miquel. "Yo considero que no tienen que ponerla de nuevo, pero no me ponga en el diario porque luego dirán que si soy de tal o cual partido", añadía otro sineuer de nombre Jaume.

Otros vecinos se sienten apenados por el enfrentamiento y consideran que se ha ido demasiado lejos. "Es una lástima que algo que debería unirnos nos separe de una forma tan encarnizada", apunta Antoni Niell, el antiguo saig del pueblo.

Personalidad

Los que están a favor de la escultura casi no se atreven a decirlo. "Es una buena idea, muchas plazas tienen un elemento en el centro que les da personalidad. Lo que sucede es que aquí se han mezclado otras cuestiones políticas", sostiene Juan Ledesma.

Hay otros vecinos como Joan Torelló ´Mulet´ que consideran que no debería haberse cambiado la plaza. "Antiguamente había un palco y considero que no deberían haberlo quitado. La estatua no me molesta, pero creo que no habría todo este dilema si no hubieran tocado nada", dice.

Toda esta polémica arranca el 29 de mayo de 2011. Fue el día en que se inauguró la estatua. Grupos de diferente opinión protagonizaron un enfrentamiento durante el acto. En días previos se había estando citando a gente a través de las redes sociales. El resultado fue que se produjeron algunos incidentes que pillaron por sorpresa incluso a la policía.

Tras la primera discusión, se sucedieron otras hasta que al final, la polémica estatua fue retirada porque no se había solicitado el preceptivo permiso a Patrimonio.

Informe del Consell

Posteriormente, a la solicitud de instalación, los técnicos de la institución insular informaron desfavorablemente. El informe consideraba que la ubicación de la estatua, de 1,70 metros de altura, y con un pedestal, de 1,50 metros, en el centro de la plaza de la iglesia "no es inocua para la percepción de este espacio urbano" ni de la iglesia de Santa Maria, también declarada BIC. La estatua "se convierte en elemento protagonista de uno de los espacios con más valores patrimoniales de Sineu, desvirtuando la percepción del espacio urbano y de la fachada de la iglesia".

Sin embargo, el Ayuntamiento ha vuelto a formalizar una petición ante la insistencia de los donantes por reubicarla o cancelar la donación de la misma.