El Ayuntamiento de Sóller ha preparado una nueva ordenanza municipal que regulará la prestación del servicio de teleasistencia domiciliaria para ancianos y establecerá la gratuidad o su pago, algo que variará según el nivel de renta de los beneficiarios. En el caso más extremo, el servicio no pasará de los doce euros mensuales.

Así lo señaló el concejal de servicios sociales, Antoni Arbona, que explicó cómo el precio del servicio se calculará en función de los ingresos que perciban los beneficiarios. Para eso, la norma establecerá una escala.

Si la renta mensual de la unidad familiar queda por debajo del salario mínimo interprofesional (este año estipulado en 645'30 euros) el servicio será gratuito.

Casos de pago

En la horquilla que va desde los 645 a los 967 euros (el 150% del salario mínimo), el coste del servicio será de 6 euros, mientras que para aquellos que superen esta cuantía la utilización de la teleasistencia pasará a costar 12 euros al mes.

En la actualidad, el ayuntamiento presta el servicio gratuitamente a un total de 164 usuarios por el que paga 12 euros mensuales a la Cruz Roja, la entidad que lo gestiona.

En el cómputo anual, la teleasistencia supone una inversión de 24.000 euros que el municipio abona a la entidad benéfica a través de un convenio de colaboración que renuevan anualmente.

Antoni Arbona precisó que tan pronto la norma entre en vigor, el municipio remitirá una carta a todos los usuarios indicándoles la documentación que deberán presentar al departamento de Servicios Sociales municipal para acreditar sus ingresos. A partir de ahí, los técnicos determinará en cada caso si el servicio sigue siendo gratuito o, por el contrario, el beneficiario en cuestión deberá pagar 6 ó 12 euros mensuales.

El funcionamiento

El servicio de teleasistencia domiciliaria que presta la Cruz Roja consiste en proporcionar un teléfono del tipo manos libres. El dispositivo se complementa con un mando a distancia que el beneficiario puede activar con solo apretar un botón.

De esta manera se puede establecer una comunicación de forma muy sencilla con la central del servicio y, desde ahí, se pueden coordinar los servicios de emergencia que pueda precisar la persona que ha activado la alarma.

Si al activar el control remoto la persona no responde a la llamada del centro de control se activa un protocolo por el que se supone que la persona precisa ayuda urgente.