­Las calles de Sóller fueron ayer una auténtica explosión de gente. Miles de personas fueron fieles a la tradición del segundo domingo de mayo y asistieron a la feria del municipio en la que se llevaron a cabo numerosos actos y exposiciones. El buen tiempo propició la llegada de numerosos visitantes.

Las actividades comenzaron a primera hora de la mañana con la inauguración de la muestra ganadera instalada en el aparcamiento de Cetre. Además de la exposición de animales, los organizadores llevaron a cabo talleres de exhibición como el de esquilar ovejas y colocar herraduras a los caballos. A unos pocos metros de la muestra de animales, se instalaron los concesionarios de coches de Sóller que mostraron los últimos modelos de turismos.

En el Museu de Sóller-Casal de Cultura se llevó a cabo la tradicional exposición de flores y plantas, que ya va por su 80 edición, y como es costumbre mucho público visitó una colorida y bien perfumada exposición de todo tipo de flores y plantas.

En la plaza de la Constitución, el escenario fue copado por la banda de música de Sóller que, como todos los domingos de feria, ofreció un magnífico concierto dirigido por el maestro Joan Vercher. Justo antes de que comenzara el concierto, el protagonismo se lo llevaron los trabajadores de Orizonia, que improvisaron un baile con tintes reivindicativos y arrebataron el aplauso del público. En la alameda de la Plaza de la Constitución se instalaron los puestos de la muestra de artesanía. Todo tipo de objetos, unos con más tradición que otros, tuvieron su espacio en este mercadillo que fue muy concurrido por curiosos. En la parroquia de Sant Bartomeu, las autoridades y todo el plantel de personajes históricos asistieron a la misa mayor de la feria que fue presidida por el misionero Bartomeu Barceló.

Junto al alcalde y muchos de los concejales del consistorio solleric, estuvo la presidenta del Parlament balear, Margalida Durán.

Mientras se iban sucediendo los actos, el centro de Sóller se fue llenando hasta la bandera.

Tras la tradicional comida de caracoles, y ya al atardecer, tocó el turno del Reconeixement de Mèrits que anualmente entrega Can Dulce, que este año fue para la fundación Deixalles-Sóller.

Por la noche tocó el turno a un Íntim Tomeu Penya y a la Revetlla d´Armes, que con el ron flameante fue el aperitivo de lo que llega hoy, el Firó.