­¿Puede la isla quedarse sin palmeras en paseos y jardines? En opinión de los expertos, sí. Mallorca va de camino de perder la batalla contra el picudo rojo, el escarabajo volador que afecta a las palmeras hasta el punto que las conduce irremediablemente a su muerte si la plaga no se combate a tiempo. Y con perseverancia.

Esta aseveración la comparte Juan Fernández, un experto podador de Sóller que lleva más de 25 años en el oficio de trepar por los árboles y que en el último lustro se ha visto obligado a combatir la plaga que afecta a centenares de estos árboles en la isla. "Muchos de ellos irremediablemente los hemos tenido que cortar porque ya era imposible su salvación", asegura con pena. Pide más concienciación con este grave problema y más ayudas institucionales para luchar contra el peor enemigo de las palmeras que decoran jardines y paseos de muchos lugares de Mallorca.

Pero ¿qué es el picudo rojo? Este animal es un escarabajo volador que llegó al Mediterráneo occidental procedente de Indonesia y que en Mallorca llegó hace algo más de cinco años. En la actualidad la plaga se esparce por todos los municipios de Mallorca excepto en los de Deià y Escorca donde todavía no ha sido detectada. El picudo tiene su nido en la corona de las palmeras, donde cada ejemplar hembra puede poner hasta 200 huevos en una sola vez. Los huevos dan lugar a unas larvas que se dedican a excavar galerías en el tronco de la palmera en busca de su alimento. Con la metamorfosis, la larva ya engordada pasa a tener forma de pupa, y de ahí al capullo que otra vez dará lugar a otro escarabajo de picudo. La historia se repite todos los meses del año, aunque su incidencia disminuye en los meses más fríos, porque estos animales tienen un ciclo de vida continuo.

Juan Fernández explica que la plaga sólo se combate con tratamientos de choque sistémicos y de contacto con el fin de neutralizar las larvas que hay dentro del tronco. "Se trata de dar una ducha a la copa del árbol que ha de repetirse cada 35 días para garantizar la erradicación de la plaga", describe el podador, quien añade que los tratamientos han de darse siguiendo los consejos de personal cualificado "porque al fin y al cabo es veneno". "El problema -dice- es que la plaga es difícil de detectar y solo se ve externamente cuando ya está muy avanzada y la yema de la palmera empieza a perder su verticalidad respecto a su tronco". Llegada a esta situación lo mejor es dar una poda mecánica al árbol, sanearlo para eliminar toda la podredumbre y empezar un tratamiento de choque que ha de repetirse cada mes.

El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus Olivier), que supuestamente llegó a Mallorca a bordo de algún barco que transportaba palmeras, es una plaga tan feroz "que puede que en pocos años la población de estos árboles se reduzca drásticamente". El escarabajo no es demasiado selecto a la hora de elegir sus víctimas y palmeras de todo tipo son pasto de su hambre feroz. Las palmeras datileras (Phoenix dactylifera), las canarienses (Phoenix canariensis) o whashingtonias (Whashingtonia filifera/robusta) que decoran paseos y jardines son víctimas por igual de un escarabajo del que todavía no se le ha encontrado un tratamiento sencillo, eficaz y duradero, explica Juan Fernández.