El baile más popular, Flor de Murta, que ha dado pie a la música del himno de Montuïri, abrió en la tarde de ayer la actuación de los Cossiers y el Dimoni. Sa Revetla es uno de los tres días en que danzan durante el año y siempre en el marco de las fiestas patronales. El día 15 -fiesta de la Mare de Déu Morta- anunciaron la proximidad de los festejos y recogieron las joies de las casas comerciales que se correrán mañana, 25, sa Segona Festa. Hoy, día de Sant Bartomeu, brindarán sus ancestrales movimientos acompañados de la música del flabiol, xeremies y tambor a partir de las diez de la mañana efectuando un recorrido por las calles de la población. Luego, a las doce del mediodía, acompañarán las autoridades religiosas y civiles a la iglesia interpretando Els Mocadors y en el transcurso de la Misa Mayor bailarán l'Oferta. Tras la función litúrgica, en el escenario montado en la plaza Major, danzarán, entre otros, Es Mercansó, un ritual de reverencia hacia las autoridades que realizarán ante el público y que, después, repetirán en privado ante el Consistorio.

Ayer el protagonismo estuvo a cargo de los dansaires y, de modo especial, del Dimoni que abrió paso a sus Cossiers. Como cada año, "hizo de las suyas". Persiguió a los jóvenes, azotando con su látigo a quienes se interponían o a quienes le provocaban con los gritos de "¡Banya Verda!", pero que respetaba a quienes jaleaban "¡Cossiers, Cossiers, Cossiers!". Algún que otro valiente "tocó el picarol", a sabiendas que se exponía a la llanderada de rigor. Y algunos niños dieron su chupete al omnipresente Dimoni, y nunca más lo usarán, consolidando así la vieja y peculiar costumbre.

El turno de actuación de los Cossiers de la generación de 2009 correspondió a Josep Canuto, Toni Miralles Martorell, Miquel Lluís Arbona, Rafel Ginard, Toni Bergas, Miquel Miralles y Toni Miralles Niell. Las emociones que transmitieron impregnó de sentimiento a los montuïrers.