­"Desde mi interior quiero decir: Visca Sant Mateu! I Visca Bunyola!". El párroco de Bunyola, Llorenç Lladó, terminó con estas palabras la misa de Sant Mateu. Tras ellas, el público que llenaba la iglesia parroquial le dedicó una ovación que duró cerca de un minuto.

Se cerraba de esta manera el conflicto abierto en el seno de la parroquia el pasado 13 de septiembre, cuando al inicio de las fiestas patronales algunos miembros del Consell Parroquial aprovecharon la tradicional repicada de campanas que anuncia las fiestas para instalar en el campanario las banderas española y mallorquina, lo que provocó la protesta de numerosos bunyolins, que se dirigieron directamente al párroco para expresar su malestar ante esa decisión. Las banderas se instalaron en el campanario por las fiestas durante décadas, aunque ya hacía cerca de diez años que no se colgaban. La primera vez que volvieron a verse fue el pasado agosto, durante las fiestas de la Mare de Déu de la Neu, copatrona del pueblo. Ante las protestas de ciudadanos, el día 13 el párroco Llorenç Lladó optó por quitar las banderas tres horas después de haber sido colgadas, una decisión que no gustó a una parte de los miembros del Consell Parroquial y que generó polémica y división entre los vecinos del pueblo, con opiniones favorables a mantenerlas y otras contrarias a que se instalasen.

El Consell Parroquial, reunido cuatro días después de estos hechos, trató la polémica y en la reunión se votó si debían volverse a instalar las banderas. Seis de sus miembros votaron afirmativamente, tres en contra y hubo cuatro abstenciones, por lo que las banderas volvieron a instalarse. En la misma reunión, el párroco explicó los hechos acaecidos el día 13 al inicio de las fiestas patronales y todos sus miembros "por unanimidad, mostraron su apoyo a Llorenç Lladó", según el acta de la reunión hecha pública en el tablón de anuncios de la iglesia, en la que también se dice que "los componentes del Consell parroquial expresaron su punto de vista" sobre la polémica, aunque no se especifican las opiniones de sus miembros. A la reunión asistió como invitado el arcipreste Marià Gastalver.

En la semana se han sucedido los rumores sobre una posible renuncia del párroco, que él mismo ha desmentido rotundamente. Llorenç Lladó, que días antes se había reunido con el obispo Salinas, tomó la palabra al final de la misa de Sant Mateu, celebrada el pasado sábado y que también fue presidida por Marià Gastalver. En un breve discurso, y sin mencionar directamente la polémica de las banderas, se refirió a la situación de la parroquia y al conflicto abierto.