La conmemoración del 95 aniversario de la muerte de la venerable Margalida Amengual, Cativa, fue celebrado ayer con devoción por los vecinos del pequeño pueblo de Costitx. Desde primeras horas comenzaron los preparativos, especialmente en la casa donde residió esta costitxera piadosa y caritativa .

Cordones de mata y mirto coronaban a modo de guirnalda muchas esquinas y tramos de calles. Las vecinas del pueblo cuidaron de adornar las aceras; sacaron las mejores macetas de sus patios a la vía pública.

De ventanas y balcones colgaban damascos de ceremonioso color grana y en su centro se habían prendido estampas de la recordada Margalida Cativa en actitud de oración. A las 11,30 horas de la mañana comenzó la concentración de vecinos frente a la casa de la venerable. Todos portaban ramos de flores.

El vicario de Costitx, Jaume Ripoll, acompañado por varios monaguillos y precedido por la colla de xeremiers, els Llargos, encabezaba el desfile religioso que partiría desde dicha casa.

Tras un breve rezo en el que el padre Ripoll insistió en la esperanza de "verla pronto en los altares" instó a iniciar la procesión "en recogimiento y pidiendo que interceda por nosotros ante Nuestro Señor".

El desfile procesional recorrió diversas calles del pueblo y alcanzó, alrededor del mediodía, el portal mayor de la iglesia parroquial. Mientras el sacerdote y los monaguillos entraban al interior para preparar el solemne oficio, los feligreses depositaban sus ramos de flores en una estructura de hierro diseñada para tal fin.