El conseller de Turisme, Jaime Martínez, aseguró ayer que los terrenos donde se levanta el hotel Rocamar quedarán completamente restituidos a principios del próximo año. Concretó que "entre enero y febrero" todo quedará listo.

El conseller hizo esta afirmación en el transcurso de una visita que realizó ayer al antiguo hotel en el que, desde ayer, trabaja la piqueta en la demolición de las primeras construcciones del complejo turístico.

La máquina comenzó con el derribo de la piscina del establecimiento turístico y en los próximos días proseguirá con la demolición del edificio auxiliar del hotel que albergó el comedor y la cocina. Según explicó un técnico que trabaja en la obra, los escombros de estos dos edificios serán amontonados en un costado del edificio principal del Rocamar para dar forma a una rampa a la que se subirá la máquina para tener mayor accesibilidad a las plantas superiores del hotel.

Jaime Martínez explicó que durante los meses de julio y agosto los trabajos se realizarán de forma "más pausada" para no causar molestias a la zona turística del Port de Sóller. Una vez arranque el mes siguiente, el derribo del hotel entrará en una fase de mayor rapidez. De acuerdo con el proyecto, una vez demolido los escombros serán triturados y retirados del solar.

Polvo en suspensión

Por su parte, el alcalde de Sóller, Carlos Simarro, explicó que Constructora San José ha instalado un sistema de mangueras con el fin de lanzar agua en los momentos del derribo "y minimizar así los problemas ambientales y molestias derivados del polvo en suspensión". Combinar la urgencia de la demolición con las mínimas molestias es una de las prioridades de las autoridades.

El ayuntamiento de Sóller aprobó el pasado viernes una exoneración de este proyecto a la normativa municipal de ruidos. De esta forma, la demolición se podrá realizar entre las 8,30 hasta las 13,30 horas del mediodía y entre las 14,30 y las 18,30 horas de la tarde.

El proyecto de demolición tiene un coste de 483.449 euros que financia la conselleria de Turismo, un 30% menos de lo previsto inicialmente, cuando se planteó el proyecto.