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Sant Antoni 2015. Sa Pobla

Quien mueve los hilos de la fiesta

El ´pobler´ Joan Campaner es el encargado anónimo de que todos los actos relacionados con Sant Antoni salgan a la perfección

Joan Campaner, organizador de la fiesta. J. Payeras

La brillantez y el esplendor de la fiesta de esta tarde-noche de hoy no sería posible sin la persona que desde el anonimato, entre bastidores, mueve los hilos que transmiten la sintonía y el ritmo que coordinan los movimientos para que cada escena, cada secuencia del magno espectáculo, salga a la perfección. Mientras el pueblo disfruta de la fiesta, alguien se encarga de que todo funcione de forma correcta y el espectáculo no tenga ningún sobresalto.

La persona que asume tal responsabilidad desde hace seis años es el popular y poliédrico Joan Campaner. Sobre él recae, y así lo tiene más que asumido, la tarea de que todos los actos programados para la víspera del santo salgan tal y como está previsto, desde la salida de los jóvenes escolares de delante de la Casa Consistorial hacia Sa Llebre para recoger la leña para los ´foguerons´ de la parroquia y del Ayuntamiento -según una antigua tradición- hasta que, bien pasada la medianoche, se despide a las autoridades e invitados que han asistido a los distintos actos. "Entonces es cuando lanzo un profundo suspiro que expulsa todo el estrés acumulado durante días y llego a casa para cenar, en mangas de camisa, plácidamente, con mis familiares e invitados", certifica Joan.

La coordinación y control de la ´revetlla´ abarca desde que los dispositivos de seguridad y emergencias estén dispuestos de forma conveniente a la protocolaria recepción de autoridades e invitados, bailes de los ´dimonis´ y ´caparrots´ en su puntual momento, el encendido del piromusical y demás parafernalia. "Todo debe funcionar con la precisión de un reloj, del que siempre estoy pendiente", añade Campaner.

Una escena del baile de los ´dimonis´. Campaner controla que todo empiece a su hora.

.M.M.

Una labor frenética

Sin lugar a dudas, se trata de una labor frenética y estresante, que para Joan comienza quince días antes de la fiesta, pues "hay que conjugar y jugar con el tiempo que se invierte en cada escena, en cada secuencia del espectáculo y, al mismo tiempo, estar pendiente de cualquier posible contratiempo que pueda surgir".

Y añade, a modo de ejemplo, que "si las predicciones metereológicas advierten de una posible noche lluviosa, como suele ocurrir frecuentemente y como es el caso de mañana (hoy para el lector), sugiero a los regidores que asistan con dos paraguas por si a alguno de los invitados se le ha olvidado llevarlo".

Si en el momento de acudir en comitiva a la misa de ´Completes´ los paraguas se quedan en el zaguán del Ayuntamiento y si llueve a la salida del acto religioso o durante el baile de los ´caparrots´, estarán disponibles o en la misma puerta de la iglesia o en la Plaça Major. Forma parte del trabajo silencioso y eficaz de este ´pobler´.

Para Joan Campaner realizar esta labor, "es cuestión de poner en ello mucho sentido, ´seny´, que decimos nosotros, y fruto de la experiencia personal que he ido adquiriendo desde niño a través de mi paso por la escolanía parroquial, por la ´colla de dimonis´, la agrupación folclórica Marjal en Festa y otras asociaciones relacionadas con las raíces de nuestra entrañable fiesta".

Joan Campaner será hoy, un año más, esa persona anónima, invisible, que manejará los hilos del mayor y más entrañable espectáculo ´pobler´. Y "espero poder serlo durante muchos años", sentencia.

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