Capdepera

´Na Vergera´ debuta como ´Obrera Major´

Bàrbara Lliteres es la primera mujer que ocupa este cargo en Capdepera. Se considera una "santantoniera de sentiment". Tendrá una dedicatoria especial a su padre

Lliteres con las dos caretas demoníacas ´gabellines´. Biel Capó

Bàrbara Lliteres Sureda, na Vergera, es la nueva Obrera Major de de Sant Antoni de Capdepera, compartiendo labor con Joan Ramon Esteva, convirtiéndose en la primera mujer que ocupa este cargo desde que existe la obrería gabellina. Ella, que se considera una "santantoniera de sentiment", ha vivido y mamado desde muy pequeña el ambiente de la fiesta en el seno de su familia.

De casa de sus padres, conocida también como sa cotxeria de na Vergera, es de donde han salido durante muchos años los dimonis para iniciar el recorrido por la calles del pueblo. Allí se reúnen cada 16 de enero, antes de esa primera salida, más de cien personas para realizar una comida de hermandad entre los colaboradores de la Obreria y las autoridades. La misma casa que acoge a los maléficos y al santo en los preparativos previos.

Hace doce años fue elegida para formar parte del grupo de personas que promovieron la reactivación de Sant Antoni en el municipio, hecho que para ella ya fue motivo de satisfacción. Por eso el hecho de ser elegida Obrera Major "para una persona que toda la vida ha participado, colaborado y vivido del Sant Antoni de Capdepera, es todo un honor y una gran emoción", explica.

Dice estar abierta a la realización de cualquier cosa en beneficio de la fiesta, pero piensa que tal y como se celebra actualmente "está muy bien y no debe cambiarse nada" por el momento. Salvo un matiz: cree que debería incorporarse algún acto tradicional que se hubiera realizado en el pasado y que se hubiera perdido con el tiempo. Lliteres piensa que el éxito que están teniendo los festejos radica principalmente en que un grupo de diecisiete personas, (quince Clavaris y dos Obrers Majors), muy bien compenetrados, supieron trabajar hace más de una década en favor de la fiesta y la gente del pueblo, lo que año tras año ha ido mejorando.

Sin temores

Tampoco teme la masificación, la pretensión no es esta: "Nosotros trabajamos para que Sant Antoni sea del pueblo", otra cosa sería el caso de la fiesta en Cala Rajada, donde sí hay más afluencia de gente. Aunque tampoco es de extrañar, puesto que se celebra el fin de semana siguiente a Sant Antoni (en Sant Sebastià) y suelen acudir gente de pueblos vecinos, o veraneantes que en invierno están fuera y regresan para ver la fiesta.

En cuanto al futuro Lliteres es muy optimista, cree que la fiesta va para largo "ya que goza de buena salud y se esta desarrollando muy correctamente en los últimos años". Este será su primer Sant Antoni como Obrera Major, un primer festejo que ha preparado con entusiasmo y algo de nervios, pero que reconoce que afronta con mucha ilusión y con una dedicatoria especial a su padre, ya fallecido, que tanto le inculcó el sentimiento santantonier.

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