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Historia

La fotografía silenciada del horror

´Moriren dues vegades´ es la historia de las cinco voluntarias de la Cruz Roja que llegaron en el desembarco republicano de 1936 y semanas después fueron apresadas y torturadas ante la división de la sociedad local

Nueva fotografía de las cinco enfermeras realizada el 4 de septiembre de 1936 en la escuela Graduada de Manacor.

­Su muerte impactó y dividió a la sociedad local. Tanto que más de 80 años después y pese a las calumnias vertidas en los meses posteriores a su asesinato, su recuerdo sigue engendrando nuevas investigaciones que tratan de recomponer, poco a poco, un rompecabezas de cinco piezas que continúa siendo uno de los puntos más negros de la guerra civil en Mallorca. El último libro del historiador y colaborador de Diario de Mallorca, Antoni Tugores, titulado Moriren dues vegades (que se presenta mañana a las 20 horas en la Institució Alcover), intenta arrojar más luz, con nuevos datos, a las sombras que vejaron su imagen durante décadas.

Durante la madrugada del 16 de agosto de 1936 entre 6.000 y 10.000 combatientes republicanos procedentes de Barcelona y comandados por el capitán Alberto Bayo, desembarcan cerca de la Punta de n'Amer, reforzados por una parte importante de la guarnición de Menorca y refuerzos procedentes de Eivissa. Su objetivo era recuperar para la Segunda República la mayor cantidad posible de territorio mallorquín tras el golpe de estado Nacional. Lograron ocupar una franja costera de unos 14 kilómetros hasta llegar un poco más allá de Porto Cristo.

Pero poco a poco, la redistribución de una Falange en horas bajas y los refuerzos italianos encarnados en el polémico Conde Rossi (creador de los denominados Dragones de la Muerte), acabó por hacer claudicar la defensa republicana, cuyas tropas eran definitivamente reclamadas de vuelta desde Madrid el 3 de septiembre del mismo año.

El final de esa historia conocida supone el principio del martirio para las dos hermanas Buxadé, Daría y Mercedes, y tres voluntarias más de la Cruz Roja a las que el reembarco sorprendió sin preaviso durmiendo en un pajar de una finca próxima. Lo que supuso que la mañana del día 4 fueran apresadas por un grupo de fascistas a las órdenes de Rossi, subidas a un camión descapotado y exhibidas durante toda la mañana desde Son Servera hasta Manacor, donde por la tarde son fotografiadas en la escuela de Sa Graduada junto a otros presos; y ya por la noche llevada al Rosari, una casa en la plaza de sa Bassa, donde fueron interrogadas.

Preguntas y respuestas que pese a ser transcritas fueron destruidas en algún momento de los años 70, tras la muerte de Francisco Franco. Aunque lo peor fueron las vejaciones, torturas y los 'exámenes ginecológicos' a las que oficialmente fueron sometidas. A las once de la mañana del día siguiente fueron llevadas, "probablemente al antiguo cementerio de Manacor", lo que hoy en día es el parque municipal, donde fueron fusiladas, no sin antes invitar a todo aquel que quisiera verlo. Ni la petición de clemencia del sacerdote que las confesó ni las críticas de una parte del falangismo local lograron hacer cambiar de opinión al Conde Rossi, "que fue quien tomó la última decisión".

La mentira repetida

"Por si todo eso fuera poco y para denigrar la imagen de las voluntarias de la Cruz Roja, los partidarios del régimen dijeron que tan solo eran prostitutas. De ahí el título del libro", explica Tugores, quien ha ido recopilando datos que desmontan cualquier resquicio de duda. "Durante todos estos años he podido ir teniendo nuevos datos, cartas o fotografías que me han permitido componer la historia de las cinco mujeres", tres de las cuales no han sido 'reclamadas' por familiares catalanes, como si lo fueron las hermanas Buxadé, nacidas en México, cuyo sobrino está en contacto con los historiadores locales.

"De las demás, de una sabemos nombre y primer apellido, María García, de otra solo que se llamaba Tere y de la tercera, quien escribe un diario relatando sus vivencias durante los días posteriores al desembarco, como no se nombra a sí misma, desconocemos quién es". Aunque sí físicamente, puesto que por descarte se sabe que se trata de la voluntaria rubia a la izquierda en la foto hecha (posiblemente por el periodista profascista Ferrari Billoch) en Sa Graduada.

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