Javier Aguirre se queda sin ideas

Javier Aguirre no encuentra la manera de hacer funcionar a su RCD Mallorca. Ha probado de todo en el último mes, pero el equipo sigue sin encontrar el camino de la victoria. La defensa de cinco es lo único no negociable en su esquema, juegue en casa o fuera o tenga un rival potente o más accesible delante. Tener a todos los futbolistas disponibles le ha aumentado el abanico de posibilidades, pero el de Ciudad de México sigue sin dar con la tecla que le permita sumar un triunfo que prácticamente le dará la permanencia en Primera.

Cuando no llegan las victorias ni el buen juego es momento de cambio. Tras la final de la Copa del Rey, con el consabido desgaste emocional que supuso caer en la tanda de penaltis, Aguirre revisó al equipo y buscó la fórmula de revitalizarlo. Por delante tenía un complicado calendario con la visita del Real Madrid, el partido ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, el importante choque ante el Cádiz y regresar a Son Moix con el Atlético de Madrid. 

El descenso ya es solo cosa de dos

El balance tras los cuatro partidos ha sido de un punto de doce, tres derrotas, cuatro goles en contra, dos a favor y tres sistemas de juego diferentes que no han dado resultado. Ante el conjunto blanco, sabedor del mayor nivel de los de Ancelotti, reforzó el centro del campo sin renunciar a tener el balón, apostando por Samú Costa, Dani Rodríguez, Antonio Sánchez –no ha vuelto a ser titular desde entonces– y Manu Morlanes, con Muriqi solo arriba. El resultado fue 0-1 y apenas se crearon ocasiones. 

Una semana después, tocaba visitar el Sánchez Pizjuán. La gran novedad fue la inclusión de Radonjic en el once. El serbio, uno de los más criticados tras La Cartuja por su mal partido, era la solución para buscar mayor verticalidad y atrevimiento. Además, reforzó el pivote con Omar y Samú juntos. El extremo dio la talla antes de quedarse sin gasolina, pero el Mallorca acabó perdiendo por dos goles a uno.

Aguirre repitió la misma fórmula pocos días después en la final del Nuevo Mirandilla. Pero esta vez Radonjic, que volvió a desaparecer del partido, no fue decisivo. Y a pesar de que los bermellones se adelantaron en el marcador, la falta de ambición y miedo a encajar les llevó a acabar empatando en un choque que, de haber acabado en triunfo, habría significado la permanencia.

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Este pasado sábado, ante el Atlético de Madrid, regresó a los dos delanteros y con Darder como titular. Pero el Mallorca no aprovechó la posesión y se vio incapaz de surtir de balones tanto a Muriqi como a Abdón.

Seguir protegiendo la portería contra viento y marea y no morir en el intento de llegar con éxito al área rival es un problema enquistado al que ni Aguirre ni su cuerpo técnico están consiguiendo ponerle solución.

En los cuatro partidos que restan no se hará ningún invento, pero algo debe sacarse de la manga el ‘Vasco’ si quiere cerrar cuanto antes la permanencia.

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