A sus 28 años, el teniente de la Guardia Civil David Navarro dirige el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), un grupo especializado en la lucha contra las grandes organizaciones de narcotraficantes. Antes de comenzar establece dos condiciones: La primera, nada de aparecer en las fotos –"Trabajamos mucho en la calle"–. Y la segunda, recalcar que "el EDOA es un equipo. Yo solo no podría hacer nada". Dicho queda.

–Esta semana falleció una joven británica en Eivissa tras tomar éxtasis. ¿Es un riesgo que tienen que tener claro quienes consuman sustancias ilegales?

–Evidentemente. Es un riesgo patente. Desde el momento en que se consumen sustancias que está completamente demostrado que son perjudiciales para la salud, y que además no se sabe quién las ha manipulado, fabricado ni que sustancias contienen, el riesgo es mucho más acentuado. Cualquiera que consuma drogas tiene que asumir que le puede pasar algo así.

–¿Creen que alguien está vendiendo pastillas en mal estado?

–Tenemos indicios que apuntan a la existencia de una partida de éxtasis defectuosa en Eivissa que alguien está distribuyendo, porque al mismo tiempo que falleció la chica hubo varios casos más de intoxicaciones. Todavía no hemos podido intervenir ninguna de estas pastillas, pero con el consumo masivo que se registra en verano en Eivissa, esto puede ser una bomba de relojería.

–Siempre se ha dicho que Eivissa era una especie de laboratorio de drogas, que se probaban allí todas las nuevas sustancias. ¿Han detectado algo nuevo recientemente?

–No son sustancias nuevas. Pero todos los éxtasis son química pura y dura, y cambiando mínimamente un componente de la fórmula pueden conseguir que aquella sustancia no aparezca en la lista de drogas prohibidas. Esa es la desventaja con la que jugamos. Se dan bastantes casos de estos cambios de la composición de derivados de anfetamina para evitar que aparezcan en los listados de sustancias fiscalizadas.

–¿Y hay alguna de estas drogas cuyo consumo se haya incrementado mucho?

–Se ha disparado sobre todo el consumo de cristal, que es una metaanfetamina, y una de las más peligrosas para la salud, con efectos más rápidos., más incluso que la cocaína. Y además es más barata, lo que está provocando que sea la droga en auge entre gente joven.

–A veces se ha criticado la excesiva permisividad de algunas discotecas con el consumo de drogas. ¿Se han encontrado con algunos casos de estos?

–No. Se han mantenido reuniones en Delegación del Gobierno entre empresarios de discotecas de Balears y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para evitar el consumo. Asistió el delegado del Gobierno, el conseller de Sanidad y el presidente de la asociación de empresarios de discotecas. Y nos hemos encontrado con una buena actitud por parte de los empresarios para combatir el consumo de drogas en estos locales de ocio nocturno.

­–¿La llegada de los turistas en temporada alta se traduce en un incremento en el consumo de drogas?

–Sí, sí que se incrementa. Aumentan los turistas y aumenta el consumo. Pero ese cambio se nota más en las islas de Eivissa, Formentera y

Menorca. En Mallorca se consume droga durante todo el año, pero en las otras se ve un incremento más radical. En Menorca, por ejemplo, hay que tener en cuenta que hay discotecas y pubs que abren solo en la época estival, y todos se llenan de público. Aquí en Mallorca, la zona de ocio es constante durante todo el año.

–¿Y hay bandas de narcos que vienen expresamente para vender droga en temporada alta?

–Sí. Más que en Mallorca, se han detectado en Eivissa y Formentera.

–¿Y de dónde vienen estos grupos?

–En Eivissa son sobre todo británicos, y en Formentera, al tratarse de una isla con preponderancia de turistas italianos, los narcotraficantes son italianos.

–O sea, que los grupos de turistas atraen a sus propios camellos.

–Efectivamente.

­–Si hiciéramos un mapa del narcotráfico en Mallorca ¿Son Banya sería la capital?

–Sí, por así decirlo sí. Hay otros puntos pero lo más sonado a nivel social es Son Banya. Aunque también hay que tener en cuenta que Mallorca es una isla turística donde en verano se concentra muchísima gente y en esta época nacen otros puntos de consumo.

–¿Cuáles serían estos puntos calientes del consumo de droga en Mallorca?

–En la Part Forana, tenemos en la comarca de es Raiguer, y también en la zonas de Alcúdia, Pollença, Magaluf y Palmanova. Son zonas donde se concentra el ocio nocturno, lo que muchas veces conlleva consumo de drogas.

–¿Podría concretar dónde se concentra el tráfico de droga?

–Lo que es el tráfico a gran escala está concentrado en Son Banya y otros barriadas de Palma, pero en todos los pueblos puede haber actividades de narcotráfico a pequeña escala. Donde hay consumo hay venta al menudeo, pero no hay ningún núcleo definido parecido a Son banya.

­–¿Tiene idea de cuánta droga puede entrar en Mallorca a la semana?

–No hay estudios realizados, solo estimaciones. El mundo de la droga se mueve todo en cifra negra, que no se conoce porque no se denuncia.

–¿Y cuándo dinero mueve?­

–La droga es uno de los principales negocios ilícitos a nivel mundial, junto al tráfico de armas y el tráfico de personas. Solo para que se haga una idea, el precio de un kilo de cocaína en Mallorca ronda los 35.000 o 40.000 euros. Luego lo vuelven a adulterar hasta elevarlo a 1.200 gramos, y lo venden a 60 euros el gramo, calcule el beneficio. Y en Balears se mueve diariamente más de un kilo.

–¿Cómo entra esta droga en Mallorca?

–Al tratarse de una isla tiene que entrar por vía aérea, vía marítima o paquetería postal. Estas son las tres formas. Vía marítima se hace mediante lanchas rápidas, como suelen traer el hachís, o con veleros o yates. En una de las últimas operaciones en que hemos intervenido interceptamos en Canarias un velero en el que traían alijos de cocaína desde Sudamérica, que parece ser venía hacia Mallorca. También están los ferrys, con coches que vienen con dobles fondos o simplemente en las maletas. Y por lo que respecta a la paquetería postal, estamos haciendo muchísimas entregas controladas. Este método de introducción lo emplean sobre todo nigerianos. Hacen envíos de paquetes postales desde Sudamérica que contienen desde 200 gramos hasta 3,5 kilos de cocaína. Y luego también vía aérea, ya sea con la droga introducida en su organismo, que después expulsa. Y también como carga aérea, como la que interceptamos en la "operación Dorado", donde trataban de introducir quince kilos de cocaína dentro de unas figuras de águilas de mármol .

[Precisamente una de estas cabezas de águila de mármol hace de pisapapeles en la mesa del teniente Navarro].

–¿Qué otros escondrijos curiosos utilizan los narcos para introducir la droga?

–Son curiosos muchos de los que utilizan en los paquetes postales. Una de las últimas que interceptamos era un paquete de camisas nuevas, donde el cartón que se usa para que no se arrugue la prenda contenía en su interior la cocaína. Parecía un cartón normal, pero cuando lo rompías veías dentro la droga. También hemos encontrado estupefacientes en el interior de latas de paté, caramelos, rotuladores... Se las ingenian muy bien.

–Últimamente ya no se detecta la llegada a Balears de planeadoras con hachís desde el norte de África. ¿Los narcos han cambiado las rutas?

–No es que hayan cambiado la ruta, sino que se han puesto más medidas a la hora de salir. Se está haciendo un control muy exhaustivo en el norte de África, que es lo que impide que lleguen tantas embarcaciones hasta tan arriba. Se están realizando operaciones conjuntas en todas las aguas internacionales al norte de Marruecos. Y luego está la implantación del SIVE [El Servicio Integrado de Vigilancia Exterior, sistema de radares instalados en el litoral español], que ha ayudado muchísimo en la disuasión.

–Durante esa época parecía que Mallorca se había convertido en la puerta de entrada del narcotráfico en España y Europa. ¿Ese riesgo se ha frenado?

–Puede que se haya frenado. Nunca hay que descuidarse, hay que seguir trabajando, porque el descuido hace cometer los errores, pero sí que se ha reducido.

–¿Se han detectado conexiones entre organizaciones de narcotraficantes sudamericanas y marroquíes para aprovechar las tradicionales rutas del hachís para introducir cocaína?

–Es un tema muy en boga en todos los foros sobre tráfico de drogas. En Balears no se ha detectado, aunque se comenta que estas conexiones podrían existir y estamos en alerta ante la posibilidad de que quieran aprovechar las infraestructuras del hachís para introducir también cocaína. Se produciría entonces una asociación de organizaciones de sudamericanos y africanos.