El expolicía considerado el 'cerebro' del atraco a punta de pistola de un coche en La Porciúncula con 300.000 eurosde la recaudación de locales de ocio de la Playa de Palma ya fue condenado a nueve años de prisión por liderar una banda de ladrones. Todos los delitos los había cometido entre 2002 y 2005.
El agente F.A.G. reconoció durante su comparecencia en el juicio celebrado en 2006 en la Audiencia Provincial su participación en los robos. El expolicía achacó entonces su implicación en estos delitos a que estaba supuestamente aquejado de estrés. El fiscal pidió para él 18 años de prisión, aunque en la sentencia se le redujeron a la mitad.
Uno de los primeros golpes lo asestó en un lujoso chalé de Bendinat, en Calvià. Mientras él vigilaba desde un coche, sus compinches, entre los que estaba su cuñado, forzaron la caja fuerte y se apropiaron de dinero y de joyas.
El expolicía aseguró entonces que se hicieron con un botín de 6.000 euros y confesó que él se había apropiado de las joyas. No obstante, la víctima elevó la cantidad de dinero sustraída a 30.000 euros.
La investigación policial consiguió desenmascarar a este agente destinado en la Playa de Palma. Sus compañeros le detuvieron en noviembre de 2004 por múltiples robos en domicilios y en comercios. En algunos de estos golpes de sus compinches, el agente llegaba premeditadamente tarde después de que sonara la alarma.
Al poco tiempo de cumplir la condena de nueve años que le había sido impuesta, el expolicía expulsado del Cuerpo volvió presuntamente a las andadas. Con la participación de otro agente en activo y de un delincuente corpulento que vivía a escasos metros de su domicilio maquinó supuestamente el atraco al Volkswagen Golf que portaba la recaudación de varios locales de ocio de la Playa de Palma.
El pasado 24 de julio sus compinches interceptaron el vehículo en la Playa de Palma con el pretexto de que iban a realizar un control policial. En un momento dado, uno de ellos sacó una pistola, les encañonó con el arma de fuego y les arrebataron el coche a los tres ocupantes. El automóvil apareció horas más tarde, pero no había el menor rastro del dinero.
Los investigadores del Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía intensificaron las pesquisas para tratar de dar con los delincuentes. La hipótesis inicial que se barajó era que los asaltantes se hicieron pasar por policías para perpetrar el golpe. Sin embargo, a medida que avanzaron las indagaciones comprobaron que al menos dos de ellos eran verdaderos agentes: uno expulsado del Cuerpo y el otro permanecía aún en activo.
La operación policial culminó el miércoles, un mes y medio después de cometerse el atraco en La Porciúncula, con tres arrestos. Dos en Palma y un en Llucmajor. El presunto cabecilla, el expolicía, y su supuesto compinche, de nacionalidad cubana, eran vecinos en la calle Illa de Corfú, del barrio palmesano de Ciutat Jardí, y los dos habían sido detenidos con anterioridad por robos con fuerza.
Pese al dilatado historial delictivo del expolicía y su paso por prisión, su hija sufrió el miércoles una fuerte impresión al ver cómo volvían a detener a su padre y tuvo que ser atendida por las asistencias sanitarias debido a una crisis de ansiedad.
El tercer integrante de la banda, el único policía que todavía se encontraba en activo, fue detenido en su domicilio en Llucmajor. El agente, destinado en el aeropuerto de Palma, opuso una feroz resistencia al arresto. De hecho, sus compañeros lo tuvieron que reducir.
Las pesquisas en relación al atraco de La Porciúncula continúan abierta y podrían producirse más detenciones.
