Sociedad

Guido van Stijn: «Mallorca tiene una elevadísima calidad de vida»

El CEO de Aurus, especializada en tokenizar metales preciosos, es un activo colaborador de la Fundación de Waal, establecida por su mentor, el fundador de WE Fashion, el gigante holandés de la moda

Guido van Stijn con Isabel Moncayo y Marco Vernooij en Subirana (Honduras).

Guido van Stijn con Isabel Moncayo y Marco Vernooij en Subirana (Honduras).

Guido van Stijn (Naarden, Países Bajos, 1983) proviene de una familia tradicionalmente emprendedora. Su abuelo fundó una importante empresa de madera, tríplex y teka que diseñaba y construía paneles para yates. Su padre, Frans van Stijn, arquitecto jubilado de 85 años, trabajó durante 45 años con su amigo Kees de Waal, antiguo propietario de WE Fashion, empresa que ahora dirige su hijo Ronald. Kees de Waal decidió a principios de la década de los 80 crear la Fundación de Waal, a la que se unió Guido hace siete años como consejero, llevando a cabo misiones in situ en América Latina que compagina con su trabajo como CEO de Aurus, empresa con sede en Londres y Dubai.

«Aurus es una plataforma de software global descentralizada que facilita la tokenización de metales preciosos en la blockchain. Aurus innova en la apertura de nuevas oportunidades de uso para los metales preciosos, haciendo crecer el mercado como, por ejemplo, los coleccionables digitales en los juegos, donde trabajamos con grandes marcas. Los metales preciosos son más estables que las criptomonedas, que son una apuesta especulativa de alta rentabilidad pero elevadísimo riesgo, ya que su precio experimenta grandes oscilaciones», explica Guido, y añade: «En países como Turquía con considerable inflación y en cambio los tokens aportan seguridad».

Su lado solidario lo desarrolla a través de la Fundación de Waal, una iniciativa en la que su padre se involucró por su relación con WE, también conocida como WE Fashion, una cadena de moda holandesa fundada por Kees de Waal que vende ropa, zapatos, bolsos y otros accesorios. WE tiene aproximadamente 240 tiendas y 3.000 empleados en los Países Bajos, Bélgica, Alemania, Francia, Luxemburgo, Austria y Suiza, y también vende en España a través de su página web. Un equivalente a Zara en versión neerlandesa.

El CEO de Aurus, un enamorado de Mallorca. | MAARTEN SUNDERMANN

El CEO de Aurus, un enamorado de Mallorca. | MAARTEN SUNDERMANN / Soledad Bescós

Recién llegado de Honduras, explica que la Fundación de Waal lleva 40 años de trayectoria en Bolivia, Ecuador, El Salvador y Honduras, donde atienden a grupos prioritarios en las localizaciones más alejadas, donde los profesionales tienen menos posibilidades de capacitación. Fundada en 1985 en Utrecht (Holanda), inició su labor con la profesionalización de 80.000 educadores de 3.000 instituciones que trabajan con niños y jóvenes de la calle con discapacidad, a través de dos centros en Bolivia. Esta cooperación ha beneficiado a más de un millón de menores, tal como resalta. «Mi padre, como arquitecto, colaboró en el diseño y la construcción del hospital de Cochabamba (Bolivia), el primer proyecto de la fundación, al que acudían pacientes de Bolivia y prácticamente de toda la región. Después pasó a manos del Gobierno», subraya.

Ya entrando en el año 2000, la FDW comienza su programa PreNatal para sensibilizar a la población en edad reproductiva. «Hemos creado una cultura de prevención de enfermedades en la etapa pre y postnatal, ya que en América Latina casi el 6% de los bebés nacen con malformaciones que pueden ser detectadas antes del nacimiento. Entre el uno y 4% de personas tiene alguna deficiencia en su desarrollo intelectual o emocional como consecuencia de los escasos cuidados, que pueden incluso pasar a la siguiente generación. Las misiones en las que estoy involucrado tratan de sensibilizar y educar a la población más joven en edad reproductiva, entre 13 y 18 años, sobre cuál es la trascendencia de crear una familia», señala. También trabaja con mujeres encarceladas con sus hijos y cómo sacarlas de esa situación. «Allí si encarcelan al marido, la mujer y los hijos tienen posibilidades de ser encarcelados con él», comenta Guido afligido.

Cada vez que va a una misión, primero vuela a Texas, donde está Isabel Moncayo, la directora de la Fundación, ya que desde ahí se conecta fácilmente con todas las localidades que cubren. «Me preocupo mucho de ser eficientes, de innovar y del impacto social que creamos. En los últimos años colaboramos con Unicef, Usaid, Plan Internacional, ProMujer y otras organizaciones internacionales por el trabajo tan profundo que realizamos en localizaciones muy remotas. Es un trabajo que me resulta muy gratificante porque puedes cambiar vidas al ayudarles también a escolarizarse y estudiar carreras universitarias. Contemplar su felicidad te hace ver la cara de la otra moneda en comparación con la vida en Dubai o Mallorca. Por otro lado, tengo que confesar que también me encanta la aventura de atravesar durante varios días el Amazonas para llegar a algunos de los pueblecitos donde prestamos asistencia». La Fundación no recibe donaciones, sino que se autofinancia. «Kees de Waal donó un depósito sustancial de capital que produce una rentabilidad que financia nuestros proyectos», explica Guido van Stijn.

Su faceta solidaria no acaba ahí, ya que en Londres ha creado también una ONG de inclusión social y financiera en Gambia y la región de Cedeao que, de forma sencilla, da acceso a personas y empresas a diversos productos y servicios financieros que atienden sus necesidades, a los que de la forma tradicional no podrían acceder y que se prestan de manera responsable y sostenible, ayudando a la prosperidad de un país con tanta inflación y fluctuación financiera. «Tanto en América Latina como en África hay mucho que hacer para ayudarles a salir de la pobreza», señala el empresario.

Se ha establecido en Mallorca durante parte del año. «Vine a vivir a Mallorca porque en Dubai hace demasiado calor de mayo a septiembre y casi todo el mundo se va. Hace un par de años, estaba buscando otro lugar para vivir y unos amigos holandeses residentes en Mallorca –uno de ellos jugador profesional de golf– me invitaron a venir para conocer la isla. Me impresionó su belleza y la alta calidad de vida en comparación, por ejemplo, con los Países Bajos, donde tenemos muy mal tiempo y los precios son un 40% más altos que aquí. Viajo mucho pero ahora vivo entre Dubai y Mallorca mitad y mitad», explica.

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