Moda

El diseñador Sebastián Pons: «Sigue pareciendo tabú decir que Mallorca era árabe»

El reconocido creador mallorquín presenta este sábado su nueva colección, que se inspira en sus orígenes rurales en s'Alqueria Blanca y sus vivencias en Egipto para conectar ambas orillas del Mediterráneo

Sebastián Pons: "Nuestras raíces son musulmanas"

Zafirus

Raquel Galán

Raquel Galán

Sebastián Pons ha conectado sus orígenes, el pueblo donde nació, con su última etapa personal, en la que ha descubierto un país que le ha enamorado –«Egipto me ha ablandado el corazón»–. Rindió homenaje a sus mitos y faraones en la pasada colección, Ankh, y ahora el reconocido diseñador une su querida s’Alqueria Blanca, en Santanyí, con los pueblos árabes del mismo topónimo, Alqaryah Albayda. Así ha denominado la nueva propuesta, que presentará este sábado a las 19 horas en la plaza des Cup del llogaret mallorquín.

«Cuando viajo a Egipto ya no voy por la zona turística, sino que me gusta adentrarme en la sociedad agrícola, rural, que en Mallorca desgraciadamente está a punto de extinguirse. Por allí me muevo a caballo y hay momentos en que tengo recuerdos de mi infancia cuando escucho el ruido del trote y veo el campo. De hecho, la tienda de mi firma, Muchache, se halla en el antiguo establo de mi familia. Esa parte nostálgica de lo que era s’Alqueria Blanca y la alquería egipcia, que sigue viva, con gente humilde y trabajadora, están muy vinculadas», destaca.

Las nuevas prendas diseñadas por Sebastián Pons conectan las dos orillas del Mediterráneo con colores y tejidos en común, entre ellos tonos terrosos y azulados, además de blanco, rojo y verde; y telas en las que predominan el lino y el algodón. Los bordados de la colección y los bolsos de rafia han sido creados por la asociación Afaq Luxor Foundation, que ayuda a mujeres en situación de necesidad. «Colaboro en lo que puedo porque en Egipto hay una gran pobreza de la que apenas somos conscientes debido al espejismo del turismo», lamenta.

Y cuenta que gracias al caballo con el que se movió por los diversos pueblos del entorno de Luxor, conoció y se hizo amigo de Dabody, un joven lugareño para quien impulsó una colecta después de que sufriese un grave accidente. «Él me ha enseñado valores tan importantes como la fraternidad, la positividad y la fuerza para salir adelante», enumera. Debido a que el egipcio perdió su caballo porque tuvo que venderlo para pagar una de las operaciones, el mallorquín aprovechó el día de su cumpleaños y le compró otro equino y un carro para que pudiese trabajar.

El joven egipcio Dabody posa con dos de los diseños en el Valle de los Reyes. | MUCHACHE

El joven egipcio Dabody posa con uno de los diseños en el Valle de los Reyes / Muchache

Aprendizajes

De su experiencia se lleva un sinfín de aprendizajes, entre los que destaca que «el contacto con la naturaleza y el mundo agrícola es una parte esencial del ser humano y aporta gran equilibrio mental, aunque se está perdiendo»; y no deja de reivindicar que «la cuenca mediterránea es nuestra esencia, pese a tener pasaporte europeo. Miro hacia el sur y la conexión es brutal. Sin embargo, muchos se avergüenzan de las similitudes e incluso sigue pareciendo algo tabú afirmar que Mallorca era árabe, pero las raíces están ahí», señala.

Pons recuerda por ejemplo que su segundo apellido, Bennassar, es árabe –«cuando voy a Egipto me llaman Náser»– y enumera varias palabras, entre ellas ‘alquería’ y numerosos topónimos, legadas por los antepasados musulmanes anteriores a la conquista del rey Jaume I en el año 1229. «Este poso que hemos heredado enriquece la cultura e identidad mallorquina, que no es pura, como algunos quieren hacernos creer, sino que está conformada por diferentes capas de las civilizaciones que han pasado por aquí».

El diseñador muestra otro de los modelos inspirados en Egipto. | ZAFIRUS

El diseñador muestra otro de los modelos inspirados en Egipto / Zafirus

Por eso el diseñador aboga por «el respeto y entendimiento entre culturas frente a la división que nos invade», dice en referencia al conflicto palestino-israelí. «Me parte el alma lo que está pasando y, si lo piensas un poco, en la isla ocurrió algo similar cuando llegó el cristianismo y arrasó con el legado musulmán. Nuestra sociedad está instalada sobre otra que existió y fue eliminada, tal como intentan hacer en Palestina», compara. Se alegra de la posición del Gobierno central respecto al conflicto, pero lamenta que «no es suficiente», por lo que reclama aprender de los errores del pasado. «Vivimos en un país clave para dar ejemplo de lo que no tiene que repetirse», afirma sobre la crítica situación.

La filosofía de su colección nace de sus orígenes, sus vivencias en Egipto y su mundo interior. «No soy capaz de crear nada forzado inventando un concepto sacado de la manga», admite quien absorbe temas y se nutre de su entorno más cercano para inspirarse e idear nuevos diseños. Lo podrán comprobar los asistentes a la presentación de las prendas de Alqueria blanca-Alqaryah Albayda en la plaza frente al hogar familiar. «Por supuesto, habrá un caballo, ya que ha sido un elemento muy importante durante el proceso de creación», avanza. Tras el desfile a pie o sobre el equino, pondrán el broche la música andalusí a cargo de un guitarrista y una pequeña degustación de dulces egipcios. Las prendas se pueden adquirir hasta septiembre en la tienda de Muchache, situada en la plaza des Cup de s’Alqueria Blanca.

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