Un residente en Mallorca herido en San Fermín: "Mi último recuerdo es un fuerte golpe en la nuca"

El apasionado de San Fermín Jesús Gómez es camarero de La Cantina, en el Real Club Náutico de Palma, y hoy puede decir que su visita a Pamplona «ha acabado bien. Creo que es lo importante». El jienense afincado en la isla desde hace cinco años tiene gran experiencia como corredor de encierros, aunque este miércoles se llevó el susto de su vida, ya que tras acceder al ruedo de la plaza de toros de la capital corriendo justo delante de una manada de astados, cayó al suelo y perdió el conocimiento.

«Mi último recuerdo es un fuerte golpe en la nuca». Lo cuenta al salir del hospital, donde estuvo en observación por la mañana debido a un traumatismo craneoencefálico. «Estaba muy preocupado porque si no hay una herida, podría ser algo interno, pero estoy bien pese a la cara llena de hematomas», describe aliviado tras su accidentado primer encierro.

Segundo año en San Fermín

El año pasado ya estuvo en San Fermín y corrió frente a los toros hasta el albero de la plaza «sin ningún percance». Pero el último día que pasó en Pamplona, a su hermana, que vive en Canarias, le dio un infarto de miocardio. «Me hice la promesa de correr este encierro en honor a ella». Sin embargo, María del Pilar no lo sabía. «Acabo de hablar con ella y se ha emocionado mucho por lo que ha pasado», dice después de haberla tranquilizado por teléfono.

«No soy ningún inconsciente que hace el recorrido sin saber y después de una noche de fiesta y alcohol. Me considero una persona bastante cabal a la hora de correr delante de un animal así, por lo que me fui a dormir pronto sin haber bebido para poder participar en perfectas condiciones», argumenta.

Los primeros días Jesús Gómez disfrutó del ambiente nocturno durante la semana de San Fermín y aparcó la responsabilidad que requiere un encierro para las últimas jornadas antes de regresar de vacaciones, que han culminado con un buen susto.