Fútbol

Palma se va de fiesta con España

Los aficionados de la selección vibran con el triunfo de los de Luis de la Fuente y se desplazan a la vecina fuente de las Tortugas para celebrarlo a lo grande

El vídeo de la plaza de la Reina de Palma, donde miles de personas animan a España en la final de la Eurocopa

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No era el Olímpico de Berlín, pero lo pareció. Primero en la Plaça de la Reina y después la de las Tortugas, Palma festejó a lo grande el triunfo de España ante Inglaterra en la final de la Eurocopa (2-1). Miles de personas vibraron con la Roja, de principio a fin, gracias a la pantalla gigante instalada por el Ajuntament para seguir el encuentro.

Pintados de amarillo y rojo y muchos de ellos vestidos con la equipación de la selección, los palmesanos se entregaron al combinado nacional. «Hoy ganamos 2-0 fácil, nos comemos a los ingleses», apuntó uno de ellos con mucha confianza. «Ha ganado Alcaraz en Wimbledon, ahora nos toca en el fútbol», apostilló su compañero.

Eso sí, también había británicos entre tantos españoles. No todos estaban en Magaluf. Fueron pocos, pero se hicieron notar. «1-2 para Inglaterra, va a ser el primer título de Kane», dijo convencido un londinense antes de empezar la final, ajeno a lo que sucedería después.

Los hinchas de España creyeron en su selección y disfrutaron de su buen juego, que combinó buenos pases y recuperaciones tras perdida. Gritos de «a por ellos, oé» o «el que no bote es un inglés», fueron los más escuchados.

Los seguidores de la selección no dejaron de creer e incluso abuchearon a los jugadores ingleses cuando tocaban la pelota. Como si en Berlín les pudieran escuchar. Una vez llegó el descanso, con una afición incansable durante toda la primera parte, los cánticos no se detuvieron. En una plaza en la que no cabía un alfiler y se empezó a notar el calor de la afición y los hinchas empezaron a prender bengalas.

En el inicio de la segunda parte España mostró los mismos buenos síntomas que en la primera. Y la locura llegó en el minuto 47 con el golazo de Nico Williams, que provocó que los decibelios se dispararan.

Una alegría que duraría hasta el minuto 73, cuando Palmer empató. La treintena de aficionados británicos que se concentraron en el centro de la marea española saltaron de alegría mientras la Plaça de la Reina enmudecía.

Los hombres de Luis de la Fuente tuvieron fe, impulsados también por la energía que les llegaba desde Palma y desde los numerosos municipios de la isla, como Llucmajor, Calvià, Inca, Bunyola, o Sóller, entre otros, que también apoyaron con todas sus fuerzas. A los cánticos de «campeones», se sumaron segundos de silencio cada vez que Inglaterra llegaba con peligro.

Hasta que Oyarzabal marcó las diferencias para iniciar una fiesta memorable. La vecina plaza de las Tortugas, donde el Mallorca celebra sus éxitos, pasó a ser el epicentro de una juerga para siempre en la que muchos celebraron por primera vez un título de España y otros revivieron la época dorada de hace 16 años.