Activos, la economía que transforma

Renovarse o morir de éxito, el gran reto de la economía balear

Con todos los indicadores al alza, el turismo sigue siendo la gallina de los huevos de oro de la comunidad e intensifica el debate sobre sus consecuencias

Veraneantes en la playa de Punta Prima, en el municipio menorquín de Sant Lluís

Veraneantes en la playa de Punta Prima, en el municipio menorquín de Sant Lluís / Activos

La economía en el conjunto de Baleares vive un buen momento, tras dejar atrás los efectos de la pandemia. El crecimiento económico en la comunidad fue del 3,7% en 2023, el más alto de los últimos 10 años, superior al conjunto de España (+2,5%) y también por encima del índice de crecimiento medio de la UE (+0,4%). Así, el año pasado, Baleares registró el nivel de producción más alto desde 2013. En el pasado ejercicio, el sector servicios representaba el 87% del peso de la economía, al intensificar la terciarización, en detrimento de la agricultura y la pesca, la construcción y la industria y la energía.

La buena senda sigue en este ejercicio. Según la previsión del Banco de España, Baleares experimentará este año un crecimiento del 2,3%, frente al 1,9% de la media española. Los datos de afiliación a la Seguridad Social registran cifras récord mes tras mes: el pasado ejercicio se cerró con una media de 547.142 trabajadores y en mayo de 2024 alcanzó las 622.275 personas inscritas. Otro tanto ocurre con los datos del : frente a la media de 31.529 personas inscritas en el Servei d’Ocupació de les Illes Balears (SOIB) el pasado año, mayo registró 26.742 personas sin trabajo, la cifra más baja en ese mes desde 2002. Con estos datos, la portavoz de la gestora de UGT en Baleares, Xisca Garí, sostiene que la comunidad «en estos momentos no tiene problemas de empleo, sino de condiciones laborales y de vida» y señala «el drama social de la vivienda y el problema de la oferta turística ilegal».

Más confianza, más firmas

Por otra parte, el índice de confianza empresarial (ICE) relativo al segundo trimestre de 2024 sitúa a Baleares con 140,5 puntos (la media nacional está en 136). De igual modo, la creación de empresas ascendió en abril el 27% interanual, con un total de 494 sociedades constituidas, el mejor dato en toda la serie histórica.

A todo ello, el turismo sigue siendo el principal motor económico de la comunidad, la gallina de los huevos de oro; un sector que ha generado cambios muy sustanciales en la forma de trabajar y de vivir del conjunto de la sociedad balear, a la que ha llevado a niveles de crecimiento y bienestar impensables antes del boom turístico, allá por los años 60 del pasado siglo. Esa realidad, sin embargo, viene chocando desde hace unos años con voces críticas con el turismo, voces que alertan del alto coste medioambiental y de consumo de recursos (energía, agua, territorio…) que generan los millones de turistas que visitan las islas año tras año. Sin ir más lejos, las previsiones apuntan a un récord de visitantes en esta temporada turística.

En cualquier caso, en Baleares se ha intensificado notablemente el debate acerca del turismo y sus consecuencias en la vida de los residentes, entre otras, masificación y dificultad enorme para acceso a la vivienda a precios razonables, tanto en lo referido a la compra como al alquiler. Lo que antaño eran mensajes de reprobación de ciertos grupos ahora se ha convertido en un clamor popular. El 25 de mayo, más de 15.000 personas llenaron las calles de Palma en una marcha histórica por el derecho a la vivienda y contra la masificación turística. Uno de los lemas de esa marcha fue Mallorca no es ven (Mallorca no se vende).

¿Hacia dónde vamos?

El propio Gobierno balear se ha pronunciado sin ambages respecto a la necesidad de tomar cartas en el asunto y virar el rumbo. «Soy la presidenta de una comunidad turística, estoy orgullosa de serlo, pero ha llegado la hora de poner límites y preguntarnos hacia dónde vamos y qué queremos ser», ha reconocido recientemente la presidenta, Marga Prohens (PP). Así, se ha anunciado la puesta en marcha de una plataforma web de participación ciudadana para recoger propuestas de entidades y de la ciudadanía, que serán trasladadas a la mesa del Pacto Social y Político por la Sostenibilidad Económica, Social y Ambiental de Baleares.

El turismo sigue batiendo récords, pero el producto interior bruto per cápita no ha recuperado aún los niveles prepandemia (en 2022 se situó en 29.306 euros cuando en 2001 estaba en 28.800 euros). «Se ha crecido en volumen, pero no en valor», se explica desde el Ejecutivo. En este sentido, el director técnico de Fundación Impulsa, el catedrático de Economía Antoni Riera, subraya: «Baleares es la cuarta región europea que ha encajado la mayor erosión de renta per cápita provocada por la pandemia», y añade que «la contribución de la productividad al crecimiento del PIB per cápita en Baleares es del 5%, cuando en Europa este porcentaje supera el 50%».

En esta tesitura, Riera coincide con el presidente del Cercle d’Economia de Mallorca, José María Vicens, y el decano del Colegio de Economistas, Onofre Martorell, en que algo hay que cambiar en el modelo turístico balear para no morir de éxito. Vicens destaca que se debería «complementar el modelo actual, muy enfocado al turismo y al comercio. Debemos ir hacia un turismo que aporte más valor». Por su parte, Martorell recuerda que tenemos que ser «sostenibles desde todos los puntos de vista: económicamente, socialmente y medioambientalmente». El reto está servido. Y es mayúsculo.