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Ver galería >Se llama Golden Odyssey, tiene 124 metros de eslora, todos los lujos imaginables a bordo de un yate privado y está valorado en 140 millones de euros. Su imponente figura blanca, con casco de acero, superestructura de aluminio y cuatro cubiertas, hizo este miércoles acto de presencia en Mallorca, navegando por la costa de poniente, fondeando finalmente en Andratx, donde largó el ancla y desplegó toda su flota de embarcaciones auxiliares y entretenimientos, entre ellos un tobogán gigante y una pirámide neumática. El Golden Odyssey, uno de los yates privados más grandes y opulentos del mundo, fue un encargo del príncipe saudí Khaled bin Sultan al Saud, miembro de la familia real y ministro de Defensa, a los exclusivos astilleros alemanes Lürssen, que se lo entregaron en el año 2015, con diseño exterior de de Martin Francis y decoración interior de Alberto Pinto. Los interiores tienen capacidad para acoger a 36 invitados y 76 tripulantes. Y en la exclusiva cubierta del propietario destacan dos impresionantes suites, una orientada a proa y la otra a popa, con sus correspondientes salones y vestidores. Esta misma cubierta cuenta con una zona de spa con un Hamman, un baño de vapor y una sala de tratamiento, además de una gran piscina, un salón de peluquería y belleza y un centro médico con todo el equipamiento necesario.
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Se llama Golden Odyssey, tiene 124 metros de eslora, todos los lujos imaginables a bordo de un yate privado y está valorado en 140 millones de euros. Su imponente figura blanca, con casco de acero, superestructura de aluminio y cuatro cubiertas, hizo este miércoles acto de presencia en Mallorca, navegando por la costa de poniente, fondeando finalmente en Andratx, donde largó el ancla y desplegó toda su flota de embarcaciones auxiliares y entretenimientos, entre ellos un tobogán gigante y una pirámide neumática. El Golden Odyssey, uno de los yates privados más grandes y opulentos del mundo, fue un encargo del príncipe saudí Khaled bin Sultan al Saud, miembro de la familia real y ministro de Defensa, a los exclusivos astilleros alemanes Lürssen, que se lo entregaron en el año 2015, con diseño exterior de de Martin Francis y decoración interior de Alberto Pinto. Los interiores tienen capacidad para acoger a 36 invitados y 76 tripulantes. Y en la exclusiva cubierta del propietario destacan dos impresionantes suites, una orientada a proa y la otra a popa, con sus correspondientes salones y vestidores. Esta misma cubierta cuenta con una zona de spa con un Hamman, un baño de vapor y una sala de tratamiento, además de una gran piscina, un salón de peluquería y belleza y un centro médico con todo el equipamiento necesario.
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