Armengol descarta la limitación a la compra de viviendas por parte de extranjeros por las "leyes de libre mercado europeas"

La presidenta del Govern considera que la gran demanda de segundas residencias de personas con muchos recursos privados provoca que se complique aún más el mercado de la vivienda y el precio del suelo

La presidenta Armengol, esta mañana, en IB3.

La presidenta Armengol, esta mañana, en IB3. / DM

Guillem Porcel

Guillem Porcel

La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha argumentado que "no me parece mal" la limitación de la compra de viviendas por parte de extranjeros, aunque lo descarta al menos de momento: "Si alguien me dice la fórmula jurídica para saltarnos las leyes de libre mercado europeas, que nosotros lo hemos estudiado todo, nosotros no tenemos ningún problema".

En relación a la propuesta de Podemos de restringir la venta a quienes no hayan residido al menos dos años en Baleares, afirma que "si tienen una fórmula jurídica, que nos la expliquen y la trabajaremos". Además, recuerda que se han hecho avances en este sentido como la subida de impuestos para los actos jurídicos documentados.

La socialista admite que el problema de la vivienda en las Islas es "si no el problema prioritario, es uno de los más prioritarios" porque Baleares es un territorio "limitado y frágil que tiene una gran demanda de segundas residencias de personas con muchos recursos privados que provoca que se complique mucho más el mercado de la vivienda y el precio del suelo". En este sentido, reivindica la construcción de vivienda pública que está llevando a cabo el Govern durante todos estos años y la ley balear en la que se define a los grandes tenedores. Aunque pide al Gobierno central que "no nos pueden tratar igual" que a cualquier otro territorio porque las Islas tienen una singularidad diferente, sobre todo por el alza de los precios.

Sobre la reforma fiscal que plantea el Partido Popular

La líder balear rechaza la bajada de impuestos propuesta por el PP porque "siempre plantean la misma receta, pero ya no me la creo", y afirma que cuando gobernaban subieron todos los impuestos, "sobre todo a las clases media y trabajadora", y se rebajaron algunas medidas de las clases más altas: "Todos los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, que son quienes de verdad saben cómo funciona la economía, en una situación de inflación alta nadie te dice que tengas que bajar impuestos de forma generalizada".

Considera que el Govern ha hecho una fiscalidad justa y han gravado más a los patrimonios altos y los actos jurídicos documentados para la gente que tiene muchos recursos y viene a comprar segundas residencias: "Estos tienen que pagar más impuestos, y con ello podemos garantizar más médicos en los centros de salud, más profesores y más servicios públicos. Los ingresos de la Administración pública deben servir para redistribuir la riqueza".

Seguir viviendo del turismo

"Si alguien piensa que Baleares dejará de vivir del turismo y vivirá de otra cosa en dos años, está totalmente equivocado. Vivimos del turismo y seguiremos viviendo del turismo, pero tenemos que decir de qué tipo de turismo y en qué condiciones. Los fondos europeos van dirigidos a dar cabida a otro tipo de economía. Queremos crecer en la economía del conocimiento. Sin obviar que Baleares es un paraíso turístico, y le tenemos que sacar ese jugo sabiendo que tenemos que controlar qué tipo de turismo, en qué condiciones y en qué intensidad lo queremos", ha argumentado Armengol en un momento de la conversación, y ha puesto en valor que Baleares es la única comunidad autónoma, y de los pocos territorios turísticos del mundo, que acaba de hacer una moratoria de no más crecimiento de plazas turísticas: "Somos conscientes de que tenemos la gallina de los huevos de oro, y que si queremos seguir viviendo del turismo, porque da trabajo a 200.000 personas de Baleares, tenemos que hacer un replanteamiento como hemos hecho en la ley turística. No queremos crecer más".

No obstante, detalla que su deseo es que el número de plazas turísticas baje y haya una menor presión turística, "porque no solo afecta a los residentes en su equilibrio vital sino también en los recursos naturales, que son escasos".