Ponencia sobre Palestina en Palma: "Palestina nunca fue un territorio vacío, negar su existencia es una falacia sionista"

La periodista especializada en Oriente Medio Teresa Aranguren, el Eurodiputado Miguel Urbán y el palestino Khaled Abunaim hablan de la necesidad de decir «basta» frente a la colonización

Acto en contra del genocidio de Palestina. Laura Camargo, Teresa Aranguren y Khaled Abunaim. Miguel Urbán se retrasó unos minutos.

Acto en contra del genocidio de Palestina. Laura Camargo, Teresa Aranguren y Khaled Abunaim. Miguel Urbán se retrasó unos minutos. / Guillem Bosch

 «Palestina nunca fue un territorio vacío, negar la existencia de este pueblo es y ha sido una premisa fundamental del movimiento sionista. Su eslogan 'Tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra' es una falacia», indicó contundente Teresa Aranguren, periodista y escritora especializada en Oriente Medio, en la charla Aturem el genocidi a Gaza. Per la fi del aparhaid i el colonialisme israelià que se llevó a cabo ayer en el centro Flassaders.

Este evento, organizado por la organización Anticapitalistas Mallorca, estuvo moderado por Laura Camargo, activista de la asociación, defensora de la causa Palestina y profesora. En la charla participaron Teresa Aranguren, periodista; Miguel Urbán, Eurodiputado; y Khaled Abunaim, miembro de la comunidad palestina en la isla. Todos destacaron la necesidad de tener humanidad y decir «basta» frente a la «colonización» que se está llevando a cabo en Palestina.

Aranguren explicó que este conflicto «no empezó en la Segunda Guerra Mundial como muchos dicen, hay que situarse en 1889, cuando llegó la primera oleada de inmigración judía a Palestina, motivada por las persecuciones a las que eran sometidos los judíos en algunos países europeos. Sin embargo, no fue sino hasta 1948 cuando los palestinos comenzaron a experimentar las atrocidades cometidas por los sionistas, y más de 300.000 personas fueron desplazadas de sus tierras».

El apoyo a Israel desde occidente

Tanto Teresa Aranguren como Miguel Urbán coinciden que el apoyo tan grande que tiene el Estado de Israel es porque en occidente «hay una mirada colonial y no nos importa lo que ocurra en otro pueblo que consideramos inferior o menos humano». «Israel juega la función colonial en un lugar geopolítico fundamental para los intereses imperialistas tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos. Esto es lo que justifica el apoyo político y militar hacia Israel» explicó Urbán.

Asimismo, el eurodiputado señaló el «descrédito de la UE» y el colapso de las Naciones Unidas. «Con respecto a Palestina, Europa ha perdido la última pizca de su imagen de ‘buenos policías’ de los derechos humanos en el contexto global. El deterioro de la reputación internacional de la UE es notorio y evidente, y el conflicto también ha tenido un impacto significativo en la fragilidad de las Naciones Unidas», enfatizó Urbán

El acto a favor de Palestina contó con mucha participación.

El acto a favor de Palestina contó con mucha participación. / Guillem Bosch

¿Qué podemos hacer?

En algunos países europeos, se están adoptando medidas para prohibir las manifestaciones en solidaridad con Palestina. Aunque en España aún no se han aplicado tales medidas, los ponentes subrayan la necesidad de tomar acciones adicionales en esta guerra.

Surge la pregunta «¿qué podemos hacer?». En respuesta a este interrogante, Urbán propuso que: «los sindicatos deben ejercer presión sobre el Gobierno para que rompa por completo sus relaciones con Israel, dado que muchas empresas se benefician económicamente de este conflicto, especialmente aquellas relacionadas con la fabricación de armas. Un ejemplo cercano es la producción de fósforo blanco en Burgos, que recientemente fue empleado contra civiles palestinos. Por otro lado, tenemos que interrumpir la cotidianeidad de la vida para que otros puedan tenerla, tiene que haber una desobediencia civil», incidió.

Por último, Khaled Abunaim compartió su sentimiento de «impotencia» que comparten todos los palestinos que están viviendo este conflicto lejos de su tierra natal. «Viví en Gaza cuando era muy pequeño hasta que nos mudamos a España por la situación que había. En aquel entonces, éramos unos apátridas al vivir en Palestina sin tener una nacionalidad reconocida. Para poder desplazarnos entre países, nos proporcionaron un documento de permiso de viaje egipcio, pero seguíamos sin tener un pasaporte» lamentó Abunaim.

«Los palestinos que vivimos en el extranjero afrontamos esta situación con una sensación de angustia y una profunda impotencia, ya que nos vemos incapaces de poder hacer algo más», añadió Abunaim con pesar.

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