El comercio de Mallorca levanta cabeza gracias a un alud de compras de bajo valor

Este mes de mayo esta siendo mejor para el comercio que el del pasado año. Pero ese aumento en la facturación se explica por el elevado volumen de ventas que se está registrado relacionado con la prematura y masiva llegada de visitantes, y no por el valor medio de las compras que realizan. Esta situación, de mucha clientela pero de poder adquisitivo medio-bajo, es apuntada también desde el sector de la restauración, desde la que se admite que los establecimientos ‘de lujo’ no están alcanzando los resultados esperados, frente a las terrazas llenas de aquellos que se dedican a una clientela de gama media.

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El balance de la primera quincena de mayo es compartido por la totalidad de los representantes de las organizaciones de comercio de Mallorca, como Pedro Miró, vicepresidente de Afedeco; Pedro Mesquida, presidente de la asociación de Jaume II; Carolina Domingo, presidenta de Pimeco; y Miguel Angel Salvá, vicepresidente de Pimem-Comerç.

Que durante este mes se están haciendo cajas mejores que las que se conseguían durante las mismas fechas de 2023 es algo que comparten todas las patronales del comercio tradicional, y además las grandes superficies. Las diferencias se centran en el alcance de ese crecimiento de la facturación, y mientras algunos hablan del 3%, otros elevan este porcentaje hasta el 9% o el 10%, especialmente en el caso de las zonas con mayor afluencia de visitantes.

Crecimiento por cantidad

Pero al margen de la fortaleza de la subida, todos coinciden en que el ticket medio de la compra realizada es inferior al que se daba doce meses atrás. Lo que se ha disparado es el número los tickets, de la mano de un volumen de ventas mucho más notable.

En este sentido, se insiste en que el producto que presenta una mayor demanda es el de nivel medio, lo que refleja que la predisposición a gastar que los turistas están mostrando durante estas fechas es limitada.

Reponer fuerzas

Desde el sector comercial se recuerda que los ingresos que se consiguen durante la temporada turística son los que luego van a permitir a muchos de estos negocios sobrevivir durante el invierno (debido a la caída de las ventas que tradicionalmente se produce desde mediados de enero y hasta la celebración de la Semana Santa), de ahí que se ponga en valor que se esté registrando una reactivación que está permitiendo comenzar a reponer fuerzas.

Se reconoce que hay un aspecto que preocupa a una parte del sector, y es que esta mejoría se está viendo acompañada de la masificación de algunas de las principales calles comerciales, con lo que ello supone de incomodidad a la hora de intentar acceder a estos establecimientos, e incluso como aspecto que desincentiva la entrada de la clientela de elevado poder adquisitivo.

En este aspecto, no se oculta que la presencia masiva de consumidores, pero de bajo poder adquisitivo, abre el peligro de ‘morir de éxito’.

Esta fuerte afluencia de visitantes reabre otro debate, como es el de las rebajas. Pedro Mesquida defiende que ante este tipo de situaciones el inicio de la campaña estival de descuentos no solo no debería adelantarse al tradicional 1 de julio como han hecho las grandes superficies durante los últimos años, sino que lo que debería de plantearse es retrasarlo al 15 de julio, con el fin de aprovechar el mayor tiempo posible para ofrecer los productos sin descuento y con mayor margen de beneficio.

Restauración

También los bares y restaurantes están mejorando durante este mes sus cifras en relación a mayo de 2023, según pone en valor el presidente de la patronal Restauración-CAEB, Alfonso Robledo.

Sin embargo, desde el sector se apunta que este crecimiento no es uniforme, y que son precisamente los establecimientos de alto nivel los que muestran en estos momentos una mayor debilidad, frente a los ‘llenos’ de la gama media.

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