Análisis

La Rambla de Leonor de Borbón

Leonor Borbón Ortiz

Leonor Borbón Ortiz / EP

Matías Vallés

Matías Vallés

El motivo más solvente para nombrar Hija Adoptiva de Mallorca a Leonor de Borbón Ortiz es que su padre la obliga a veranear en la isla. La joven se alistó en una Academia Militar para acortar sus estancias mallorquinas. Por instrucción materna, nunca ha participado en las competiciones náuticas que auparon a las regatas olímpicas a su progenitor y a su tía.

Con estos antecedentes, el título honorífico más adecuado para Leonor de Borbón es Hija Forzosa de Mallorca. Además, Llorenç Galmés ha empeorado el homenaje artificial al proclamarse incapaz de llevarlo a cabo, como la supresión del carril VAO. El fervor del presidente del Consell somete a la Familia Real a una humillación innecesaria, por mucho que el PP intente descargar la responsabilidad en un PSOE que ya no gobierna.

El dolor real de Galmés, Prohens y Bonet se debe a que no podrán añadir una foto con la futura Reina a su Instagram. En aras de un periodismo obligado a aportar soluciones para no pecar de fangoso, los próceres del PP pueden rebautizar Rambla de Leonor de Borbón a la antaño Rambla de los Duques de Palma. Culminará así el factor dinástico que define a la monarquía, y los gobernantes podrán codearse unos segundos con la heredera.

El título más adecuado de Hija Forzosa de Mallorca debe contemplar la hipótesis de que Leonor renunciara al Lehonor. Este dilema se propaga al título de Hijo Predilecto extendido a Miquel Barceló, que debe decidir si acepta una encomienda de la ultraderecha moderada. En el lado positivo, el desaire del Consell a La Zarzuela no solo mide las limitaciones de PP/Vox, sino sobre todo la condición de minoría mayoritaria de los populares.

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